El momento más emotivo de la Gala del Deporte Asturiano lo protagonizaron sin lugar a dudas Santi Cazorla y Santi Lara. Cazorla recibía el premio a la superación tras sufrir una dura lesión que le mantuvo dos años fuera de los terrenos de juego y por la que tuvo que realizar hasta once operaciones.

El otro Santi, Lara, es un joven toledano que está en pleno proceso de superación de un tumor cerebral que le diagnosticaron en el año 2015 y para quien Cazorla es un referente en cuanto a esfuerzo y motivación. Ambos habían hablado por teléfono con anterioridad, pero no se conocían personalmente. Ayer lo hicieron sobre el escenario del teatro de la Universidad Laboral. Fue una sorpresa para el futbolista y ambos se fundieron en un abrazo.

Santi Lara aprovechó para recordarle que le había prometido una camiseta e incluso llegó a pedirle a la mujer de Cazorla que si le prestaba al jugador durante un tiempo. Lara entró en el escenario apoyado en una muleta y del brazo de su madre María Eugenia y con mucho ánimo y ganas de superar su situación. "Hago todo lo que puedo gracias a todos los que me rodean que me hacen las cósas más fáciles", manifestó. Santi Lara llegó a estar un año en estado vegetal y su evolución es evidente. Ahora quiere estudiar alguna carrera con la que poder ayudar a los demás, Trabajo Social o Psicología.

Ayer tuvo la oportunidad de poder conocer a su ídolo futbolístico y sobre todo a la persona que le motiva para seguir luchando. "A él le dijeron que no volvería a andar y a mí que no viviría, pero aquí estamos los dos", dijo.