Feliz pero en su estilo comedido. Así se puede describir a Oliverio Álvarez, "Oli", el entrenador del Marino, tras lograr su primer ascenso como entrenador. "Creo que no hay un ascenso más merecido que el nuestro. He exprimido al máximo a los jugadores y ellos me han dado a mí el alma y el corazón", aseguró el técnico, aún con los ecos de la fiesta asturiana de fondo.

El entrenador se mostró feliz no solo por devolver al Marino a Segunda B, sino por haber activado a la afición de Luanco: "No solo es el ascenso, hemos despertado a la afición del equipo". "Este equipo ha transmitido durante toda la temporada. En dos años, no hemos perdido en 42 partidos en Miramar. Y, además, somos el único equipo de España que no ha recibido ni un solo gol en toda la promoción de ascenso", comentó satisfecho el entrenador del Marino de Luanco.

Antes del partido, alrededor de 200 aficionados fueron a recibir al autobús del Marino. "He vivido muchas batallas, como jugar en El Molinón con el Oviedo, en Cádiz jugando contra el Xérez, en Sevilla con el Betis. A mí son cosas que me ponen. Se lo dije a los fut bolistas. Cuando uno juega en el colegio quiere hacerse futbolistas para jugar estos partidos", dijo Oli, quien también ensalzó a la afición vasca: "Ha sido una fiesta del fútbol, tanto de un pueblo como del otro. Esto es lo bonito de este deporte".

En esa misma línea de felicidad se mostró Luis Gallego, el presidente del Marino. "El Sestao ha sido un súper equipo y ya sabíamos que uno de los dos tenía que perder", dijo el dirigente. "Lo he vivido muy tranquilo, porque hemos sido muy fuertes. Confiaba mucho y en la segunda parte fuimos a más", declaró Gallego. "Seguimos imbatidos, ahora toca celebrarlo con los nuestros", afirmó el presidente del Marino.