Lucía García ya está en casa. La internacional española, tras su paso por el Mundial Femenino de Francia, regresó esta misma tarde a Pola del Pino, (Aller), su localidad natal y en la que creció como persona. Allí dio sus primeras patadas al balón. "Jugaba en la calle, con el resto de niños", afirmaba María Luisa Prieto, una de las centenares de vecinas que recibieron a la jugadora asturiana por sorpresa en el centro social de la localidad allerana.

La joven jugadora regresó a Asturias sobre las siete de tarde. La comitiva que le aguardaba era mayúscula. Pola del Pino tiene poco más de cien habitantes y casi ese fue el número de personas que se dieron cita en el centro social. No cabía ni un alma. Lucía, al principio tímida, se terminó por emocionar. "Estáis locos, estáis locos", decía la del Athletic Club de Bilbao, mientras se tiraban voladores y sonaban gaitas.

Familiares y amigos reciben a Lucía García

Familiares y amigos reciben a Lucía García

Ya dentro del edificio, Lucía se sacó decenas de fotos. Sorteó sus botas, camisetas, llaveros y firmó todos los autógrafos que pudo. Hay un detalle que evidencia que la asturiana es profeta en su tierra. Hubo un momento en que no encontraba el bolígrafo. Pidió uno y le dieron cuatro a la vez. La celebración se prolongó durante algo más de una hora. Pola del Pino comió y bebió en honor a su vecina más internacional. Lucía García, estrella de la selección española femenina que ha hecho historia en el Mundial de Francia alcanzando los octavos de final por primera vez en la historia.