No hay una entidad con más capacidad para autodestruirse que el Real Madrid, excepto, quizás, el Valencia. El equipo ché sigue paladeando una crisis precocinada por la voluntad del propietario del club, Peter Lim, de influir en la dirección deportiva de Mateo Alemany, principal valedor de Marcelino y del analista asturiano Pablo Longoria, a través de su hombre fuerte en la ciudad del Turia, Anil Murthy, presidente del club.

Ayer el foco del conflicto, que puede terminar con la dimisión de Alemany y, por tanto, con la salida también de Marcelino, se ha propagado de las oficinas al vestuario. Murthy, a primera hora de la mañana, se personó en Paterna para hablarcon la plantilla del Valencia. A los pocos minutos, también llegó Marcelino, que, con rostro serio, también participó en el encuentro.

Fueron varios miembros de la plantilla del Valencia, que arropa al entrenador asturiano, los que tildaron, según informa "Superdeporte", diario del mismo grupo editorial que LA NUEVA ESPAÑA, de "sinsentido" el antagonismo entre las dos fuentes de poder del club valencianista y más después de la exitosa pasada campaña.

Posteriormente, Murthy se volvió a reunir con Alemany. Tras la reunión de cinco horas mantenida hace dos días, el hombre fuerte de Lim y el valedor de Marcelino, volvieron a encontrarse de nuevo en los despachos valencianistas, para de nuevo, no entenderse.

"Estamos en ello, estamos valorando muchas cosas y valorando los siguientes pasos a dar. Lo fundamental es que todos queremos lo mejor para el Valencia", señaló a la salida de esta charla Alemany. Si bien, cuestionado por el significado de qué era "lo mejor para el Valencia", Alemany puso cara de póker y respondió: "Eso ya no lo sé".

Alemany dejó claro que su idea es mantener el modelo actual del Valencia y consideró "positivo", que, dadas las circunstancias, al menos las dos partes se hayan sentado a tratar el problema. También volvió a manifestar que su intención es que continúe Marcelino en el cargo. "Espero que sí, pero no es mi decisión", manifestó.

Lo que queda claro es que la posición de la plantilla es cerrar filas en torno a la continuidad de Marcelino. Varios jugadores, entre ellos Rodrigo Moreno y Gabriel Paulista, pusieron fotos en redes sociales ensalzando el título de Copa del Rey conseguido por el asturiano este año. Rubén Uría, el segundo del de Villaviciosa, siguió la misma estrategia.

A falta de un mes para el inicio de la Liga, el Valencia sigue sin clarificar su futuro, empeñado en destruirse a sí mismo.