En 1971, gracias a unas gestiones llevadas a cabo por Ricardo Alonso González, "Ricardín, el abogáu", el Club Pelayo-OJE, tras fundarse en 1968, pasó a denominarse Club Sirio, merced al patrocinio de una conocida firma de papeles pintados para decoración. A partir de ahí comienza a fraguarse la dilatada y brillante historia del piragüismo de Cangas de Onís, con momentos muy buenos, destacando sobremanera los triunfos en el Descenso Internacional del Sella, la prueba por excelencia para los ribereños de la comarca oriental. Eso sí, también registró periodos impulsivos, poco halagüeños.

El Sirio en cuatro ocasiones ganó el Descenso Sella por clubes (1984, 1993, 1999 y 2001) y tiene, además, en su palmarés tres victorias en K-2 hombres, las dos primeras conseguidas por Ton Soto y Falu Hernanz (1987 y 1989) y la tercera (1993) con Juan Ramón González, "Monotos", como compañero de Ton Soto. En K-1 hombres, Monotos dio cuatro triunfos (1988, 1990, 1991 y 1992) al club cangués, que también puede presumir de la victoria (1978) de Ana Rodríguez en K-1 mujer. Y sin olvidar a Laura Valdés Sobrecueva que se impuso (2001) en K-2 mujer, formando pareja en aquella oportunidad con la riosellana María Blanco Celdrán.

Ayer, para conmemorar el cincuentenario de la puesta en marcha del club, el actual presidente de la entidad tomó parte, por decimotercera vez -se ausentó los dos últimos años- en el Descenso Internacional del Sella, y lo hizo en esta ocasión en la categoría veterano K-1, en el grupo de edad de 60 a 70 años. En tanto, Ton Soto y Juan Ramón González, "Monotos", se atrevieron con la categoría senior K-2, como si los años no pasaran el balde. Sin duda alguna, historia vida del piragüismo cangués, pues, como se titula el álbum (1979) de Miguel Ríos "Los viejos rokeros nunca mueren".