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Deporte femenino

Maternidad y deporte de élite, ¿compatibles?

Dos atletas describen sus esfuerzos y problemas para compaginar ambas facetas - El sector denuncia que todavía existen 'cláusulas antiembarazo'

Isabel Macías, durante los Juegos Olímpicos de 2012. EFE

La realidad del deporte femenino español, pese al reconocimiento social experimentado en los últimos años, dista mucho aún de equipararse a las del masculino. Escasez de contratos profesionales, sueldos muy inferiores, menor peso televisivo... Y también una circunstancia cada vez más denunciada por el colectivo: las dificultades para una protección efectiva total de la deportista que se convierte en madre.

Las 'cláusulas antiembarazo' siguen presentes en las vinculaciones de muchas mujeres con sus clubes, en especial en las modalidades de equipo, denuncia Pilar Calvo, secretaria general de la Asociación de Mujeres Deportistas Profesionales (AMDP). "Las chicas saben que si se quedan embarazadas las echan. En los contratos estas cláusulas han sido consideradas como una deslealtad al club, similar a un caso de dopaje", subraya.

"Muchas deportistas quieren ser madres pero no terminan de decidirse porque los pocos contratos profesionales que se les realizan son muy precarios. Cuando no tienes un respaldo económico, no te planteas la maternidad", critica la directiva de la AMDP. Dos atletas profesionales que conjugan su actividad deportiva con su papel como madres describen las dificultades a las que se han enfrentado y cómo luchan por solventarlas.

Isabel Macías, la pelea por corregir una injusticia

La aragonesa Isabel Macías (Zaragoza, 1984), subcampeona de Europa de 1.500 metros en pista cubierta, logró a finales del año pasado que el Consejo Superior Deportes corrigiese su normativa sobre ayudas a Deportistas de Alto Nivel (DAN), de manera que éstas deban acreditar tal condición en el momento en que dan a luz y no cuando acaba el plazo de convocatoria. En noviembre de 2017, Macías fue madre. "Opté por pedir esa ayuda cuando aún estaba dentro de la categoría DAN", explica. Pero la moción de censura de 2018 y el cambio de Gobierno retrasó la convocatoria de las ayudas, de manera que cuando acabó el período de solicitud de las mismas Macías había perdido la condición de Deportista de Alto Nivel por apenas un par de semanas.

En total, 7.500 euros: 3.000 por ayudas a la maternidad y otros 4.500 en conceptos de cuotas a la Seguridad Social, ya que la atleta zaragozana está registrada como trabajadora autónoma. Interpuso recurso y el CSD le dio la razón el año pasado, aunque desgraciadamente ella no podrá recibir ya esa subvención. "Lo importante es que tú acredites la condición DAN cuando te conviertes en madre", indica. Macías recibió el apoyo de su club y su patrocinador cuando comunicó su deseo de ser madre, así como durante y después de la gestación, pero reconoce que algunos clubes no han querido renovar a otras atletas que lo han sido. También se dan casos en los que el embarazo, lejos de ser reconocido como baja médica, es considerado como una lesión. "Falta normalizar el concepto de maternidad dentro del deporte", destaca.

"Hay que informar a las deportistas sobre como encarar la maternidad, que no tengan miedo. Actualmente, la mujer deportista que quiere ser madre se ve penalizada. Antes, la que se quedaba embarazada dejaba el deporte, pero ahora la vida deportiva se ha alargado y cada vez más mujeres se lo plantean cuando están en activo. El CSD está haciendo avances, pero son insuficientes, porque 3.000 euros no cubren lo que pierdes en un año", dice Isabel Macías. Organizarse bien y contar con apoyo son las dos claves que le permiten compaginar el deporte y la atención a su hijo. Eso, y su pasión por el atletismo, que le hace enfocar su vista hacia los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020, en los que desea participar. "Me recuperé muy bien del embarazo y mi sueño es volver a la alta competición. Todo esto me ha hecho valorar mucho más el día a día".

Diana Martín, una triple dedicación repleta de esfuerzos

Diana Martín (Madrid, 1981), medalla de bronce de 3.000 obstáculos en el Europeo al aire libre de Zúrich en 2014, también compatibiliza la práctica atlética de alto nivel con la dedicación que le exige ser madre desde 2017. Al igual que Macías, recibió el respaldo de su club y de su patrocinador cuando les transmitió su propósito de ser madre. Martín se considera una "privilegiada" por poder compaginar esfuerzos deportivos y personales. "Hay que madres que tienen a sus hijos y deben seguir acudiendo a sus trabajos ocho horas al día. En mi caso, los entrenamientos duran tres horas. Tengo mis problemas como trabajadora autónoma, pero como todas las que están en esa categoría". No obstante, admite su incomodidad por el hecho de que su embarazo fuera tipificado como una lesión deportiva más. "Deberíamos tener una cobertura por el período del embarazo, como en una empresa. La maternidad es lo más importante del mundo y no se puede tratar como si estuvieras enfermo o lesionado", subraya.

Diana Martín, tras lograr el bronce en el Europeo de Zúrich. EFE

Martín es, además, entrenadora y trabaja también en la gestión y administración de un proyecto de Erasmus +. "Todo es un poquito caótico. Intento organizarme y asumir que estoy en un período de transición, en el que estoy abandonando mi carrera como atleta y me incorporo a la vida laboral ordinaria. Lo más difícil de volver fueron las lesiones. El cuerpo ya no es el mismo que cuando tienes 25 años, pero disfruto mucho entrenando", añade la fondista madrileña, que reclama que las atletas que sean madres "no tengan que empezar de cero" cuando se reincorporan, de forma así que se mantengan las marcas y la puntuación previa al embarazo. "Tendría que mejorarse la profesionalidad de los atletas de forma que se les facilitara convertirse en trabajadores autónomos. Así una madre podría recibir una prestación normal hasta el momento de regresar al deporte".

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