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Qué manera de fichar

El Atlético, que lleva haciendo su traspaso más caro de la historia tres años seguidos, compra ahora a Rodrigo por 60 millones

Qué manera de fichar

"Si me fueran los tíos, Futre sería mi novio". La frase la dejó dicha el salvaje presidente del Atlético de Madrid Jesús Gil y Gil en 1991 y si todavía viviese, el exalcalde de Marbella podría haber pensado lo mismo de Joao Félix, la rutilante nueva estrella portuguesa sobre la que se fundamenta el nuevo proyecto colchonero.

El Atlético de Madrid, que empezó el siglo en la bancarrota y desplomado a un abismo llamado Segunda División al que se precipitó en el Carlos Tartiere, ha pasado de ser "El Pupas" a uno de los transatlántico del continente europeo con una plantilla valorada en 839,40 millones de euros.

Con el fichaje de Rodrigo, por el que el Atleti pagará 60 millones de euros al Valencia, en la planta noble del Wanda Metropolitano -que esa es otra- se habrá gastado en lo que va de ventana de fichajes 303,5 millones de euros de los cuales el joven Joao Félix representa solo un poco menos de la mitad. El Atlético pagó al Benfica 126 millones por el prometedor centrocampista.

A la espera de que se cierre el mercado, las finanzas siguen sonriendo al Atlético. A pesar del enorme desembolso económico, sus cuentas arrojan un saldo positivo de siete millones -67 millones, según el portal especializado Transfermark que aún no contabiliza al ariete ché-.

El salto cualitativo y cuantitativo del Atlético de Madrid es colosal. No hace tanto, por el césped del Vicente Calderón correteaban grandes figuras como Ujfalu?i, Pernía o Heitinga. Ahora deslumbran en el colosal Metropolitano Marcos Llorente (30 millones) o Oblak, quizás el mejor portero del mundo.

El crecimiento del Atlético no se ha logrado sin sacrificios. Al fin y al cabo no se pasa de que el suplente del Kun Agüero sea Sinama-Pongolle a tener a Diego Costa y Álvaro Morata en nómina sin haber renunciado a algunas cosas. El último ejemplo lo vivió reciente el aficionado medio colchonero con la venta en diferido de Antoine Griezmann al Barça por 120 millones de euros.

El caso del Atlético es paradigmático. En cuanto fichajes, el club madrileño lleva haciendo los últimos tres cursos las incorporaciones más caras de su historia. En la 2017-18 fue Diego Costa (66 millones), en la 2018-19 Lemar (70 millones) y ahora Joao Félix.

Sin embargo, este verano el club también ha realizado las tres ventas más caras de su centenaria historia. A parte de los 120 millones por El Principito, el Bayern pagó 80 millones por Lucas Hernández y el Manchester City de Pep Guardiola 70 por el pivote Rodri. En total, 270 millones de euros que se han redistribuido en apuntalar la panoplia del equipo cholista.

El poder del Atlético de Madrid, tras haber llegado a dos finales de la Liga de Campeones, se ha ido multiplicando en la última década. Entre los diez fichajes más caros de su historia, el más remoto es Falcao, en la temporada 2011-12, y que aún así pertenece a una época muy reciente en el club.

Para localizar un traspaso significativo que no sea en los últimos diez años hay que retroceder al verano de 2006 cuando el Atlético compró al Kun Agüero por 23 millones al Independiente de Avellaneda. Eran otros tiempos, pero de aquella, el Atlético solo podía aspirar a lo que parecía ser una promesa.

Son unas cantidades ridículas comparadas con la del fichaje de Futre, el futbolista con la que empezó el "gilismo". Presentando al portugués en la sala Jácara de Príncipe de Vergara, en Madrid, Jesús Gil arrasó en las elecciones presidenciales a dos exministros y comenzó su reinado. Se gastó lo que ahora al cambio son 3,14 millones de euros -450 millones de pesetas- por un jugador que venía de ser campeón de Europa.

Con ello, Gil ganó la poltrona del Calderón. Se mantuvo 17 temporadas y tuvo a 40 entrenadores. Se hizo ilegítimamente con el control del Atlético -lo dijo la Audiencia Nacional en 2003, aunque el delito había prescrito- y ganó las alcaldías con su partido -el Grupo Independiente Liberal (GIL)- de Marbella, Estepona, La Línea y Ceuta. Ganó una Liga y tres Copas del Rey y pasó del doblete a desplomarse en Segunda hasta que logró el ascenso en 2002.

Con el cambio de siglo, el Atlético vagaría todavía muchos años en el limbo. Había perdido de facto su condición de tercer grande de España, un título que por historia le pertenecía. Antes de Jesús Gil, el Atlético tenía ocho ligas y el Barcelona diez. Hoy, la diferencia es de 26.

Aunque el "gilismo" aún perdura, ya que la familia Gil sigue poseyendo gran parte de las acciones del Atlético de Madrid, las cabezas visibles del Wanda han logrado volver a poner entre los mejores equipos del continente al Atlético. Una condición que quizás nunca hasta ahora había tenido el club.

Canta Joaquín Sabina en el himno del centenario del Atlético aquello de "qué manera de perder" y "con dinero y sin dinero somos los primeros". La opción de estar sin blanca ya no se contempla en las oficinas del Atlético, que sigue cotizando a la alta y cada vez más. Qué manera de fichar.

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