El Club Natación Santa Olaya se levantó en la mañana de ayer con una profunda tristeza al conocer la pérdida de su nadadora master Ángeles Carvajal, que a sus 73 años de edad, falleció tras una larga enfermedad al pronosticarle un cáncer de páncreas que no pudo alejarla de su gran pasión por asistir mañana tras mañana a las instalaciones de la entidad gijonesa para practicar su deporte favorito: la natación. Una pasión de la que nunca se separó y en la que dejó una gran huella gracias a sus logros deportivos (más de 150 medallas y ostentar el récord de España de 200 metros braza) pero, por encima de todo, gracias a sus valores que despertaron la admiración de toda la entidad. También fuera de ella.

La vida de la "abuela" como la conocían cariñosamente sus compañeros, ha estado cargada de obstáculos que ha ido superando apoyándose en la natación. Ya con apenas diez años, un accidente le auguraba una vida en silla de ruedas, pero la esquivó gracias a su mejor cura, la cual encontró en la natación. Carvajal supone una pérdida irreparable para la entidad, que ya homenajeó en vida a su nadadora y ahora tiene en mente rendirle algún acto de tributo siempre que cuente con el visto bueno de sus familiares.

Famosa por sus galletas y dulces antes y después de las competiciones, donde repartía sonrisas entre compañeros y "rivales", Ángeles Carvajal quedará en el eterno recuerdo. El club, a través de sus redes sociales, dedicó las siguientes palabras para recordarla: "Ángeles repartió siempre entre nosotros sonrisas, alegría y buenos consejos. Con ella aprendimos el valor de la serenidad, de la fuerza de voluntad y del coraje. Compartimos el amor a la vida, las ganas de salir siempre adelante y entendimos mejor el verdadero significado de lo que es no ponerse límites a uno mismo y superarse siempre". El Club Natación Santa Olaya pierde a un símbolo que ha dejado huella.