En el templo, donde Quini celebró infinidad de goles con su Sporting, Rodrigo y Alcácer, los "nueves" de España, le brindaron el mejor homenaje posible con sendos dobletes. El delantero del Valencia, después de un verano agitado, con su futuro en el aire y su fichaje frustrado por el Atlético, ha encontrado el refugio de la estabilidad en La Roja. Ayer, en el Molinón, alcanzó la cifra de siete goles con el combinado nacional. Lo ha hecho en apenas 20 partidos. Y su paso por Gijón el delantero del Valencia lo recordará siempre, porque le sirvió para conseguir su primer doblete con España.

En el día en que se homenajeaba a Quini, el destino hizo que los cuatro tantos de España fuesen obra de los delanteros. Alcácer, que entró en los instantes finales, obtuvo dos tantos más en los compases finales, que permitieron redondear el triunfo, más allá de un hasta el momento raquítico 2-0, hacia un 4-0 final, que se convirtió en el tributo perfecto para El Brujo, el maestro del gol, que ayer intentaron emular Rodrigo y Alcácer. Éste último alcanzó en El Molinón su duodécimo tanto con La Roja, con un doblete que le hizo poner fin a su sequía de dos años con España, ya que su último tanto había sido hace casi un año, el 15 de octubre, frente a Inglaterra.

"Es muy bonito marcar en un partido con tantos homenajes", aseguró uno de los autores de esos dobletes, Paco Alcácer. El delantero se mostró "contento" por sus tantos pero, sobre todo, porque "ayudo a ganar los partidos, que es lo más importante".

Por ello, enfatiza el atacante, "lo importante no es pensar en los buenos números, solo seguir trabajando para ayudar al equipo", aunque entendiendo que "entrar es muy complicado, hay muchísimos buenos jugadores y hay que apretar para poder venir". El delantero solo piensa en "trabajar para el equipo y meter la que me llegue", como lleva haciendo desde que llegó a la selección.