Marcelino García Toral, destituido el miércoles del Valencia, agradeció con alguna lágrima el trabajo y el apoyo de los jugadores y acusó a Peter Lim, propietario del club, de haber cambiado, sin decírselo, el modelo de trabajo que pactaron a su llegada a la entidad. "Han sido dos años maravillosos en Valencia y en el Valencia. Hemos tenido el privilegio de convivir y disfrutar con un grupo increíble, que nos han hecho campeones de Copa, nuestro primer titulo como cuerpo técnico, consiguiendo dos años seguidos cuartos con el premio de la Champions", señaló.

"La despedida fue muy triste pero era lo que llevaba la situación. Por nuestra parte un agradecimiento total. Lo más importante ha sido disfrutar día a día con ellos. Haber salido de los momentos de dificultad. Estarán en mi corazón hasta el último día de mi vida", señaló mientras se le caía alguna lágrima.

El entrenador asturiano, que negó haber cuestionado nunca la autoridad del dueño, considera que la destitución se produjo por ganadr la Copa de Rey. "Estoy seguro, absolutamente, de que el detonante de esta situación fue la Copa. Durante la temporada recibimos mensajes directos e indirectos de que teníamos que rechazarla. Cuando el 19 de julio fui a Singapur, Lim me felicitó por la Champions y no por la Copa, podréis comprender mi sorpresa. Es obvio que los resultados no han estado detrás de mi destitución", apuntó. Y añadió que a principios de julio empezaron a ver situaciones que indicaban "que las formas de trabajo habían cambiado. Se me dice que hay una confianza absoluta en nuestro trabajo, que todo va a seguir igual pero vemos que no es así", señaló.

El entrenador agregó que "se transforman las condiciones pactadas a través del director general y el modelo cambia, pero no se nos dice a la cara. Como propietario estaba en pleno derecho, pero nosotros hubiéramos tenido la opción de decidir si éramos las personas indicadas para seguir en el proyecto". Ese pacto, desveló, incluía "una condición, tener una opinión importante en la confección de la plantilla y decisiva para el 'no', lo demás era todo consenso".

García Toral salió al paso de un supuesto malestar del propietario por haber intervenido su agente, el asturiano Eugenio Botas, en muchas operaciones. "Desde que llegué, el Valencia habrá realizado más de cincuenta operaciones de mercado y mi representante participó en dos, la llegada de Neto y la salida como cesión de Medrán al Alavés. Durante estos 26 meses ningún futbolista representado por mi agente formó parte de la plantilla del Valencia, quien dice eso miente. Es casi una infamia".

Preguntado por si volvería a un Valencia que no fuera propiedad de Lim, Marcelino dijo que "disfrutaríamos volviendo a entrenar al Valencia. Es una obra incompleta, nuestra única idea era seguir creciendo. Dejaremos que el tiempo cure las heridas. Me voy a apartar un tiempo del escenario publico".