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Bakkali, trece años a la cola para ser español, indignado con el "caso Ansu Fati"

"Mi expediente está en el fondo y cuando veo esto me duele", lamenta el atleta l El jugador del Barça, con pasaporte en tres meses

Bakkali entrando vencedor en la pasada edición de los 10 kilómetros de Avilés. JULIAN RUS

Tres meses ha tardado la Federación Española de Fútbol en lograr que el Consejo de Ministros tramite la nacionalidad para la joven estrella del Barcelona Ansu Fati, nacido en Guinea-Bissau hace 16 años. Una noticia que dejó ayer impactado al atleta marroquí Moha Bakkali, que lleva precisamente residiendo en Asturias dieciséis años. Su caso, como el de muchos otros en busca de la nacionalidad española, se encuentra en punto muerto desde hace varios años, por lo no pudo contenerse. "Hablo en mi nombre y en el de muchas personas, en mi caso llevo 12 o 13 años intentando lograr la nacionalidad, pero mi expediente se ha quedado en el fondo de un cajón y cuando veo este tipo de casos me duele porque me doy cuenta de que la burocracia de este país funciona lo más rápido posible cuando interesa", explica el atleta del Universidad de Oviedo, que reside en Pola de Siero.

Nada tiene en contra del jugador del conjunto culé, al cual puso de ejemplo por su alta repercusión mediática que ha agilizado el proceso, pero pide el mismo trato para unos y otros a la hora de superar los trámites. No en vano, por su mente pasan más casos con respecto al deporte español. "Para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, España dio la nacionalidad a diez deportistas que ni siquiera vivían en el país", relata. No es, ni mucho menos, su caso, ya que Bakkali aterrizó en la región con apenas 7 años desde su Tánger natal tras obtener su padre un contrato de trabajo que permitió su llegada y la del resto de su familia. Desde entonces, la meta del marroquí fue la de adaptarse y reconoce que lo logró "al 100%".

Y va más allá, porque Moha expone su ejemplo en un centro de menores en el que ejerce en la actualidad de integrador social con el objetivo de que "como hice yo, los niños inmigrantes se adapten rápido a la cultura española. Les enseño el idioma, entre otras cosas, para salir adelante", explica. Son varios los motivos que expone para que simplemente "me den lo que creo que me merezco" ya que "hice mis estudios aquí, hablo castellano a la perfección, llevo tres años y medio cotizados en la Seguridad Social y estoy completamente adaptado tanto a la región como al país", relata.

Bakkali sigue entrenando cada día mientras espera la llamada más esperada de su vida por parte del Ministerio de Justicia, la que le dé el visto bueno y le permita ser un español más para cumplir a su vez uno de sus sueños deportivos. "Quiero representar a España en unos Juegos Olímpicos, independientemente de lo que tarde en lograr el pasaporte", comenta uno de los grandes atletas que posee la región, que pretende alcanzar la meta.

Barreras para correr fuera de Asturias

Desde su llegada a Asturias han sido numerosas las barreras con las que se ha encontrado Moha Bakkali simplemente para poder competir en algunas carreras. "A mí en su día me han quitado de ir a un Campeonato de Europa, a varios Campeonatos de España e incluso a algunas carreras fuera de Asturias, donde se me denegó la inscripción por no tener la nacionalidad española", argumenta el que cuenta en su palmarés con diversos títulos regionales en distintas disciplinas como los 10.000 metros o en campo a través. El marroquí suma a ello varios triunfos en carreras populares en las que sobresalen sus participaciones en las San Silvestres, en las que el pasado año intentó alzarse incluso con la victoria en la carrera de Gijón (resultó ganador) y una hora después en la de Oviedo. Un reto que no completó como deseaba.

Bakkali cuenta con el freno de la nacionalidad para exportar su alto nivel en el mundo del atletismo fuera de Asturias, pero mantiene la fe en que la historia pueda cambiar en el menor espacio de tiempo posible. Pero depende del visto bueno del Consejo de Ministros, que ayer sí aceptó el expediente de Ansu Fati. El de Moha Bakkali y el del resto de su familia deberá de seguir esperando. Es su mayor carrera de fondo, pero no se rinde ya que "acabará llegando ese momento".

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