Javi Rodríguez (Porriño, Pontevedra, 1979) afronta su segunda temporada como entrenador del Liberbank Oviedo Baloncesto con la misma obsesión que en su debut: que su equipo compita cada jornada. Hablar de clasificaciones o de objetivos más allá de la permanencia en la LEB Oro le parece un atraso y un riesgo. Lo que hay que conservar, dice, es "la identidad que nos ha convertido en un club grande de la categoría".
- ¿Qué valoración hace de la pretemporada?
-Ha sido un poco complicada. Hemos tenido muchos lesionados y en ese sentido vamos un poco retrasados, pero estoy contento de tenerlos ya a todos y poder empezar a crear la identidad de un equipo entrenado por mí. Empezar a enseñarles qué significa Pumarín, qué significa este club. Porque es muy importante que los jugadores entiendan cuál es el tipo de equipo en el que están. Un equipo que nunca se rinde, que compite siempre.
- Este verano se han enfrentado a equipazos y eso, unido a las lesiones, ha hecho que solo hayan ganado un partido.
-Me da igual el resultado en pretemporada, me preocupan las sensaciones. Los primeros partidos estaba no preocupado, pero sí con ese runrún en la cabeza al ver que íbamos más lentos. Pensé que no íbamos a llegar bien al inicio de la temporada, que va ser complicado, duro, contra rivales de nivel. Pero según han ido pasando los días, y esta semana en particular, después el partido que jugamos contra Gipuzkoa veo que estamos muy cerca. El partido ante Gipuzkoa nos dio mucha moral, al saber que a pesar de hacer un viaje de cuatro horas y media (a Tolosa), de ir solo con seis séniors, con Sergio (Llorente) enfermo, llegamos allí y nos dijimos: no hay excusas. Eso nos ayudó a entender qué equipo queremos ser. Hicimos un partidazo ofensivo y defensivo, de conceptos, de ideas, de los que trabajamos en estas cinco semanas. Y eso nos ha dado la confianza. Veo al equipo confiado, con ganas y positivo.
- Ha hecho una plantilla diferente a la anterior, ¿no?
-Al acabar la temporada haces balance de lo que has vivido y, honestamente, hicimos un baloncesto atractivo, con jugadores con acierto en el tiro de tres, aunque es cierto que las lesiones nos mataron. Ese talento ofensivo no lo puedes igualar porque al final es lo que se paga. Y nosotros, lo hemos dicho por activa y por pasiva, hemos tocado techo a nivel económico, a nivel de presupuesto. Hemos llegado a un punto en el que no damos más, el tema del pabellón nos condiciona y encima nos han quitado asientos. Tenemos el dinero que tenemos. Entonces podemos invertir de una manera o de otra y apostamos por la renovación de jugadores importantes, como Arteaga, Jakstas, Nuutinen y Llorente. Nuestra apuesta es esa, pusimos el dinero en mantener la base. Después había dos opciones: una plantilla más corta, con más talento ofensivo, o jugadores con talento pero sobre todo versátiles, que defensivamente nos den un plus. He optado por el plan de la defensa, el ritmo, la intensidad, la energía, todo eso que el año pasado no teníamos. Jugábamos muy bien, pero a un ritmo muy bajo, no teníamos penetración, no teníamos juego agresivo. Teníamos talento, jugábamos bien, pero yo veía que eso este año podía ser insuficiente. Veremos si sale bien o no.
- Algunos de los fichajes son un tanto desconocidos.
- Si esto fuera el SuperManager (juego en el que los aficionados hacen su equipo) ya sé a quién ficharían todos los entrenadores. Pero el baloncesto no es el SuperManager, el baloncesto es hacer el mejor equipo posible. Palma (rival del OCB mañana, a las 18 en Pumarín) tiene a grandes jugadores, sí, obviamente, posiblemente es la mejor plantilla de la Liga. Veremos si es el mejor equipo.
- ¿Qué importancia va a tener la afición de Pumarín?
-La afición es como las parejas, día a día tienes que ir dándole cosas porque si no entras en una monotonía que no es buena. Tenemos que dar para que ellos nos puedan dar. No podemos caer en la complacencia. Esto es muy duro, la Liga cada vez es más dura. Quitando la ACB y las cuatro o cinco ligas importantes de Europa, la LEB Oro es una de las mejores y debemos darle el valor que tiene tanto el equipo, como el club, como la afición. Estamos mal acostumbrados y eso no es bueno porque puedes entrar en una dinámica de insatisfacción o de frustración. Hasta ahora no ha pasado, pero corremos el riesgo de caer en ese punto. Tenemos que tener claro que somos el Oviedo Baloncesto, hemos llegado aquí porque hemos sido humildes, porque hemos hecho las cosas muy bien, porque hemos estado todos unidos, porque hemos trabajado como los que más, porque hemos apoyado todos, porque tenemos un pabellón que se nos queda pequeño, pero que ha sido una bombonera, una olla a presión. Todo eso no lo podemos perder.
- De objetivos, entonces, ni hablamos.
-El objetivo obviamente es no descender porque eso sería una ruina para todos. ¿El objetivo es el play-off? No lo sé. ¿El objetivo es ascender? Creo que cometeríamos un error. Si hay cinco o seis presupuestos por encima del tuyo, el objetivo no puede ser ascender. Tiene que ser hacer todo lo mejor posible, dar el 100%, que esos jugadores se conviertan en el mejor equipo posible y que sean mejores después de la temporada. Y que la afición se sienta orgullosa de su equipo.
