La Segunda B sirvió la pasada temporada de trampolín para algunos prometedores futbolistas asturianos. Se pudo comprobar en la entrega de trofeos de LA NUEVA ESPAÑA. Uno de ellos, Ernesto, mejor jugador del Vetusta y máximo goleador de los equipos asturianos que jugaron en Segunda B, no pudo asistir porque está ahora rindiendo a gran nivel en el Alcorcón, donde ha consolidado su salto al fútbol profesional. El premio del delantero, de 25 años, titular en los siete partidos que lleva esta temporada el cuadro madrileño, lo recogió su pareja, Cristina Flórez.

El mismo salto ha dado Pedro Díaz, mejor jugador del Sporting B la pasada campaña, que ha pasado del filial al primer equipo. El mediocentro rojiblanco, de 21 años, que ya debutó con el Sporting en un partido de Copa hace dos temporadas, confesaba que lo mejor del pasado curso fue lo que disfrutó: "Es el premio a un año bonito e intenso que disfruté muchísimo. Personalmente me desenvolví bien y, sobre todo, me lo pasé muy bien". Acerca del paso que ha dado reconoce que "cuesta acostumbrarse" y que jugar ante 20.000 espectadores en el Molinón "es una locura", aunque dice que no le pesa la presión del público: "Si amas el fútbol, cuando entras al campo se te olvida todo". Otra cosa, señala, es "cuando marcas un gol" (esta temporada metió ante el Albacete su primer gol con el Sporting).

En la misma categoría, Segunda B, pero en diferente equipo, el Barakaldo, está el mejor del Langreo la pasada temporada, Héctor Nespral. El centrocampista, canterano del Oviedo, siguió los pasos del entrenador con el que ha estado las cuatro últimas temporadas, Hernán Pérez. "Los objetivos son importantes, meternos en el play-off", explica Héctor sobre su nuevo destino. Un lugar que eligió porque "buscaba un nuevo reto". En estos momentos marchan décimos de la clasificación en el grupo II de Segunda B, una posición que Héctor está convencido de que mejorarán: "Somos mucha gente nueva, gente de muchas partes, y todavía estamos en periodo de adaptación, pero vamos a ir a más".

El que no se ha movido del equipo en el que lleva seis temporadas es el portero Adrián Torre, el menos goleado de los equipos asturianos que compiten en Segunda y Segunda B, que sigue en el Langreo en su segunda campaña consecutiva en la división de bronce del fútbol español. Su actuación fue clave para que el conjunto azulgrana no solo cumpliera el objetivo de salvar la categoría si no que además lograra clasificarse para disputar la Copa del Rey: "Es el premio a un trabajo bien hecho. Lo más importante para nosotros fue que conseguimos clasificarnos para disputar la Copa del Rey. Era importante para la plantilla y también económicamente para el club", añade.

Una gran campaña la del Langreo que permite que en la actual haya cuatro equipos asturianos en la categoría de bronce: el recién ascendido Marino, los filiales del Sporting y el Oviedo y el propio conjunto azulgrana.