El Marino volvió a caer y por segunda jornada consecutiva por un gol de penalti (la anterior fue en el campo de Las Rozas). Pese a cuajar un más que decente partido, no fue suficiente para sumar en el Ángel Nieto de Boadilla del Monte, donde un solitario gol de Rubén Ramos de penalti le fue suficiente al Internacional de Madrid. El equipo lo intentó hasta el pitido final, pero no fue capaz de conseguir el tanto del empate.

El duelo comenzó con poco ritmo, con el Inter llevando el control pero con un Marino que estaba bien colocado en defensa y llevando peligro por las bandas y en el juego directo. En los diez primeros minutos, dos tímidos acercamientos de Mancebo y de Aythami no supusieron mayor peligro para Javi Porrón. Hubo que esperar a que se cumpliera el primer cuarto de hora para ver el primer acercamiento de los asturianos: un balón largo hacia Álex Arias que rápidamente mandó el balón al área, pero Luis Morán disparó desviado. La siguiente jugada del Marino llegó desde la banda contraria, con Álex Arias rematando en el primer palo sin conseguir la dirección adecuada. Se animaba el Marino y Boedo dirigió un contragolpe, abriendo a la derecha a la subida de Luis Morán, que sacó un centro que Guaya cabeceó por encima del larguero. La primera mitad terminaría con un centro chut de un Luis Morán muy activo, pero que se marchó desviado.

La segunda mitad se inició con la jugada clave del partido. Un saque de esquina desde la derecha, intento de chilena de Simón y Trabanco, en su intención por tapar la acción, tocó con la mano la pelota y el árbitro no dudó en señalar un penalti que, tras las protestas de los jugadores del Marino, se encargaría de transformar Rubén Ramos.

Tras el gol, el Marino estuvo noqueado unos minutos, a merced del Inter de Madrid, que tocaba y tocaba sin peligro. Después de mover el banquillo, el Marino volvió a entrar en el partido y a generar ocasiones que, sin embargo, no fueron muy claras. En el minuto 73, el Inter pudo haber ampliado su ventaja con un derechazo desde fuera del área que se estrelló en el larguero. Trabanco tuvo dos ocasiones de cabeza, las mejores del Marino, que lo intentó hasta el final, pero le faltó lucidez en los metros finales.

Rubén Suárez, que dirigió al Marino por la sanción de Oli, se quejó del criterio arbitral: "A la mínima que hay una jugada polémica siempre nos pitan penalti y no nos pitan ninguno a favor. Ya nos pasó en Las Rozas, que hubo dos penaltis muy claros para nosotros y no nos pitaron ninguno".