Ocho años después de su salida del Sporting, José Ángel Valdés Díaz, Cote (Gijón, 5-9-89) se ha asentado en el Eibar, donde ha encontrado lo que le faltó en Roma, San Sebastián, Oporto y Villarreal: un club y un entorno parecido al que disfrutó en su etapa de formación, en Mareo. Acumula 161 partidos en Primera División, más los 27 que jugó en Italia y los 14 en Portugal. Pese a sus broncas, Cote es uno de los fijos de Mendilibar como lateral izquierdo y, aunque finaliza contrato el 30 de junio, confía en seguir.
- Solo cinco asturianos en Primera División.
-Es una lástima que no seamos más, pero esto va por épocas. Ha influido mucho el descenso del Sporting.
- Usted comienza la novena temporada y va camino de los 200 partidos.
-No me fijo mucho, solo son cifras. Nunca pensé en llegar a Primera División, simplemente en jugar con el Sporting, estuviese donde estuviese. Y yo estaba acostumbrado a verlo en Segunda. Todo lo que conseguí fue a base de sacrificio y trabajo. A ver si puedo jugar unas cuantas temporadas más a este nivel.
- ¿Qué tiene el Eibar que no encontrase en otros sitios?
-Los primeros años después de marchas del Sporting fueron difíciles. Cuando fui a Roma era muy joven y casi no había salido de Roces, mi barrio. Estaba un poco verde, pero no me arrepiento. En Eibar estoy como en casa. Tiene un cuerpo técnico muy bueno, personas increíbles que no son fáciles de encontrar por ahí.
- ¿Y las broncas de Mendilibar?
-Hace lo que tiene que hacer. Si rindo bien es porque Mendi es muy exigente y sabe que puedo dar lo que me pide. Me ayudó a mejorar en todo. No me deja relajarme, siempre a tope. Y su estilo de juego me beneficia porque me permite subir y meter centros.
- Acaba contrato el 30 de junio. ¿Teme por su futuro?
-En absoluto, no pienso en ello. El cuerpo técnico confía en mí y a día de hoy estoy feliz. En este vestuario hay pocos esgos y eso es importante.
- Cómo ve al Sporting desde la distancia?
-Un poco dubitativo. Creo que tiene mejor plantilla que la pasada temporada y con Manu García ha dado un salto de calidad. Lo vi contra el Fuenlabrada y me parece que se nota la presión porque el objetivo es subir. Necesita regularidad si quiere estar arriba.
- El pasado verano regresaron varios ex. ¿Puede ser usted el próximo?
-Sigo el día a día del Sporting y mi nombre no apareció por ningún lado. Pero el problema es otro. Si se hiciesen las cosas bien, los jugadores de la casa no deberían de querer salir. Yo tenía 21 años y quedó claro que la operación les interesaba ellos. Había tenido ofertas antes y dije que no me iba. Pero hay representantes influyentes en el entorno del club que quieren sacar tajada de los jugadores que se traspasan. Lo ideal sería que la gente de la cantera pudiera jugar en el Sporting toda la vida.
- Pero si el jugador no quiere irse, no se va.
-Igual otros compañeros quisieron marcharse, pero yo no tenía ese pensamiento. Si al final acepté irme a la Roma fue porque me llamó Luis Enrique y me convenció. Pero en el Sporting se mueven muchos más intereses que los de los jugadores.
