El Caudal fue ayer claramente superior al Tuilla en lo que concierne al dominio del balón y la creación de fútbol ofensivo. La posesión del esférico fue local, aunque el control del partido no se tradujo en ocasiones demasiado claras de gol. El Tuilla asumió que le tocaba sufrir y así lo hizo. Aguantó y sujetó los avances locales con orden y oficio, sin perder la cara al partido. Cuando el choque ya parecía cerrado, un balón que rasgó el área caudalista sin coger altura fue cabeceado a gol en plancha por Pablo Prendes, el mejor jugador de su equipo ayer. La determinación y acierto del central bien pueden convertir en justo el empate, aunque lo normal hubiera sido que los mierenses hubiesen llegado a la recta final del partido con cierto margen de maniobra. No lo hicieron y se cumplió una máxima del fútbol. El Tuilla fue ayer práctico y se llevó el primer punto que vuela del Hermanos Antuña esta temporada.

El Caudal se vio líder durante la mayor parte del partido. El central Keko Hevia se adelantó a la defensa visitante en el minuto 32 para cabecear con potencia un córner sacado por Diego. Hasta ese momento el Caudal había sido el dueño del balón. El propio Diego, Pinín, Coutado y Robert triangulaban con soltura obligando al Tuilla a correr detrás de la pelota. Cristian, con sus caídas a banda, abría huecos. El goleador, no obstante, estuvo ayer falto de la chispa que había tenido en los anteriores partidos en Mieres. El equipo lo notó.

El Tuilla arrancó la segunda parte con más brío. Intentó presionar algo más arriba y consiguió que el choque se nivelara, al menos durante un rato. Un remate de cabeza de Marcos Iglesias que tocó el larguero de Davo fue un aviso para los locales, que a partir de ese momento volvieron a dominar el choque. El Caudal gozó en la segunda parte de algo más de espacio, aunque el Tuilla mantuvo el orden durante los noventa minutos sin desesperarse. Coutado pudo cerrar el partido en el minuto 72, pero sólo ante Jandrín disparó algo cruzado. Y así, el partido fue aconteciendo sin que la afición local sintiera peligrar los tres puntos.

Alrededor del minuto ochenta comenzó a llover en Mieres. Hasta ese momento las nubes habían sido un espectador más y, a ratos, habían dejado ver incluso el sol. Con el agua el partido se descontroló. En una rápida jugada el balón llegó a la banda izquierda del ataque visitante y cuando el público se quiso dar cuenta un enorme Pablo Prendes había llevado el esférico al fondo de la meta de Davo con un impecable testarazo. De repente las cuentas se descuadraron. Tras cuatro holgadas victorias, el Caudal iba a dejar escapar los primeros puntos del Hermanos Antuña. Los minutos finales fueron un tuya y mía. El balón iba de área a área llevado por la avidez de victoria de los dos equipos. Ya no había tiempo para más.

El empate entre Caudal y Tuilla deja al Lealtad, que ganó en Siero, como nuevo líder. Ahora bien, Los mierenses dejaron claro que son un equipo sobrado de calidad para la categoría. El Tuilla, por su parte, atestiguó que no regala nada y sabe sufrir cuando toca.