Carles Marco tuvo ayer un día especial, un regreso a Pumarín que le salió a pedir de boca porque consiguió llevarse la victoria en la cancha del Oviedo Baloncesto, al que dirigió tres temporadas y con el que ganó la Copa Princesa, y ya suma siete victorias consecutivas.

Reconocía Marco que no sabía que Oliver Arteaga no iba a estar y que en el principio del partido eso les rompió un poco los esquemas: "El partido fue, como preveíamos, muy difícil y más cuando supimos que no jugaba Oliver Arteaga y nos encontramos con jugadores pequeños y una manera de jugar diferente a la que no nos hemos sabido adaptar al principios". También reconocía que el fondo de armario de su equipo al final les ha podido beneficiar: "Cuando se les ha ido acabando la energía lo hemos sabido aprovechar, pero tiene mucho mérito lo que ha hecho Oviedo sin sus dos cincos", añadía.

De los suyos destacaba que en un partido en el que no hicieron su mejor baloncesto fueron "capaces de dejar a un equipo en 66 puntos y ganar". En cuanto a su regreso a Pumarín, aseguró que estaba "contento, emocionado y nervioso de volver a Oviedo". Algo sobre lo que añadía que intentó "hacer una semana normal, pero fueron tres años aquí, fue la primera vez que era primer entrenador, me dieron la oportunidad aquí", añadía.

En cuanto a la exclusión del que fue su segundo entrenador, Javi Rodríguez, Marco señaló que no le extraña porque le conoce: "Sé que carácter tiene Javi, yo tengo menos, me he quejado a la mesa porque no he pedido tiempo muerto". Justificó a su compañero porque "esta profesión es de muchos nervios y pasan cosas y, cuando no estás en una dinámica que te gustaría pero seguro que van a estar, pues seguirá quejándose porque es así, porque es un crac", dijo Carles arco sobre un entrenador que es también su amigo.