"Muchas veces me han preguntado por qué llevo tanto tiempo con Luis Enrique y por qué me tiraría por un barranco siguiéndole". Estas palabras de Robert Moreno del pasado mes de abril, durante el World Soccer Congress que se celebró en Barcelona, suenan ahora como una macabra ironía. La íntima amistad entre el asturiano y el barcelonés se rompió bruscamente por alguna razón, durante estos meses de interinidad desde la renuncia de "Lucho" por la grave enfermedad de su hija Xana, fallecida el pasado 29 de agosto.

Cuando comenzó su carrera de entrenador, en el verano de 2008 en el Barça B, Luis Enrique contó con un joven Robert Moreno (31 años entonces), reconocido en los ambientes del fútbol formativo catalán por su preparación y la incorporación de la tecnología. Desde entonces solo se separaron en la temporada 2017-18, cuando Luis Enrique se tomó un año sabático y Moreno acompañó a Juan Carlos Unzué en el Celta. Volvieron a juntarse en la selección hasta que, en la madrugada del 26 de marzo pasado, el asturiano abandonó la concentración en vísperas del partido en Malta.

Con Robert Moreno en el banquillo, la selección española ganó en Malta (0-2) y los otros dos que afrontó con la etiqueta de interino: 1-4 frente a Islas Feroe y 3-0 a Suecia. Moreno insistía en que estaba en contacto permanente con "Lucho", consensuaban convocatorias e incluso alineaciones. Pero algo cambió desde el 19 de junio, cuando la Federación Española ratifica a Moreno hasta la Eurocopa, salvo que Luis Enrique decidiese volver.

Al margen de lo que haya ocurrido en lo personal, los mensajes de Moreno empezaron a cambiar. Se sentía fuerte y lo dejaba claro en declaraciones públicas como esta: "Si algún día un jugador me dice que no he empatado con nadie, me demostrará que tiene muy pocos argumentos". Y valoró la importancia de su primer partido sin Luis Enrique: "Esa semana fue determinante, en otro caso hubiese sido muy difícil para Molina y Rubiales apostar por nosotros. Les dio la información real de cómo podíamos funcionar sin Luis".

Tras el verano llegaron otros seis partidos, con cuatro victorias y dos empates, y la clasificación de España como cabeza de serie para la fase final de la Eurocopa, de la que Robert Moreno ya no podrá disfrutar.