Desde 2012, cuando llegó a un Oviedo Baloncesto en LEB Plata, Víctor Pérez (Sevilla, 12-4-82) no había sufrido un comienzo de temporada tan negativo como el actual. El balance de dos victorias y cinco derrotas es una novedad para un equipo acostumbrado a codearse con los mejores de la LEB Oro. El capitán asume que él y sus compañeros tienen que mejorar, pero pide a la afición que siga acudiendo a Pumarín y que confíe en la reacción. Por ejemplo, el sábado frente al líder, Valladolid.
- ¿Tiene explicaciones para esta mala racha?
-El problema es que estos años nos acostumbramos a las victorias y a los puestos altos. Quizás estuviéramos por encima de las expectativas, sobre todo en lo económico. Ahora no están saliendo las cosas, pero hay que tener en cuenta las bajas de tres jugadores nuevos en pretemporada, o la mía misma. Eso, lógicamente, retrasó el acoplamiento. Los errores nos están afectando más de lo normal y los resultados se convierten en una losa. Hay que tener paciencia.
-¿Duelen especialmente las derrotas frente a Almansa y Alicante?
-Son dos equipos que vienen de dinámicas muy buenas después del ascenso y han afrontado con mucho deseo el inicio de liga. Perder con Almansa fue duro y después afrontamos una semana complicada, con tres partidos, pero en La Coruña tiramos de casta y orgullo. En Alicante, las cosas no salieron bien en defensa y cuando no estamos concentrados al cien por ciento se notan más nuestras carencias. El Alicante se vino arriba, nosotros nos precipitamos, no seguimos el plan de partido y pasó lo que pasó.
- ¿Este Oviedo ha perdido la esencia de equipo que nunca se rinde?
-Con esta plantilla se puede recuperar porque tenemos jugadores que físicamente son superiores a los de otros años, aunque igual más inexpertos en la categoría. Pero esto es una responsabilidad de todos. Tenemos que recuperar esa esencia, confiar en nosotros y en el compañero que tenemos al lado. No somos tan malos como para perder por 36 puntos en Alicante, ni tan buenos como parecimos en la primera jornada, cuando ganamos a un equipazo como Palma Mallorca.
- ¿En una situación como ésta es clave el papel del capitán?
-Al no estar ningún jugador en su mejor momento cuesta más. Pero la solución no puede venir solo de mí, como capitán. Todos tenemos que dar un paso al frente. Hay que saber convivir con el error y transmitir optimismo porque podemos darle la vuelta a esto.
- Ya se empieza a hablar de cambios en la plantilla.
-Cuando repasamos los partidos en vídeo vemos los errores, pero hay que aceptar el equipo que tenemos. Yo, por lo menos, confío en mis compañeros. A los que estuvimos lesionados nos está costando ponernos a tono. El sábado viene el Valladolid, que ha empezado muy bien y está líder. Es un reto bonito.
- En lo personal está teniendo menos protagonismo.
-Hay que adaptarse a lo que pide el cuerpo técnico. Sé que no soy el de hace cinco o diez años, pero puedo aportar en varias facetas y estoy preparado. Reconozco que mi comienzo no ha sido bueno, pero me frenó la rotura de fibras y el problema vírico por el que no pude jugar en La Coruña.
- ¿Qué mensaje le envía a la afición?
-Que igual que ha estado en las buenas, que mantenga ahora las esperanza y la fe en e equipo. La necesitamos más que nunca para recuperar esa bonita sensación de que es parte del equipo. Juntos hemos conseguido cosas importante y hemos disfrutado mucho. Poco a poco les compensaremos por estos malos momentos.
