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Sin armas para reaccionar

El Liberbank Oviedo pierde en Cáceres un partido en el que las bajas de Oliver Arteaga, Devin Wright y José Blázquez fueron un lastre demasiado pesado

Ricardo Uriz, con el balón, ayer ante Sanz y Jakstas, a la derecha. FRANCIS VILLEGAS / EL PERIÓDICO DE EXTREMADURA

Es difícil salir de una mala situación si no dejan de acumularse las desgracias. El Liberbank Oviedo lo puso todo para llevarse la victoria ayer en Cáceres pero la realidad es que tenía muy poco. Y es que al OCB todo lo que le puede salir mal le está saliendo aún peor esta temporada. Si mejoran la línea exterior con dos fichajes como Geks y Sanz, que ayer debutaron con buena nota, sobre todo el primero, se quedan sin interiores, con las lesiones de Oliver Arteaga -jugador fundamental en este equipo- y Devin Wright, y, por si fuera poco, tampoco pueden contar con José Blázquez para que eche una mano a los ala-pívots. Así, ante un Cáceres en un gran momento, con interiores físicos y grandes como Joseph, es muy complicado sumar una victoria por mucho trabajo que le pongan jugadores y técnicos. Aun así, es justo destacar la actitud y la entrega de un equipo que llegó muy mermado al encuentro.

El primer cuarto comenzó como el más optimista de los aficionados del Liberbank Oviedo hubiera imaginado: con cinco puntos seguidos de un Rolandas Jakstas obligado a multiplicarse para que su equipo tuviera alguna opción de llevarse la victoria. Un buen comienzo que espoleó a los azules, que vieron cómo iban aportando Reyes y el debutante esta temporada Davis Geks. Además, pasaban los minutos del primer parcial y, aunque Cáceres logró coger la iniciativa en el marcador, daba la sensación de que al equipo local le costaba encestar. Al final, una canasta de Nuutinen, otro que afrontaba ayer un día de mucho trabajo, respondida por otra de Nikolic, dejó el marcador 19-15 tras los diez primeros minutos.

Pero todo el esfuerzo de contención, sobre todo del pívot titular del rival, Arkeem Joseph, se desmoronó en el segundo parcial. Las vías de agua del Oviedo eran excesivas y, encima, Jorge Sanz y Víctor Pérez se fueron cargando de faltas (se marcharon al vestuario con tres cada uno). Y eso que el cuarto empezó con dos triples de Nuutinen que empataron a 21 el encuentro a 7.42 del descanso. Durante casi todo el parcial se mantuvo el intercambio de golpes, pero los minutos fueron cayendo como losas en los hombres de Javi Rodríguez, que pasaron de perder 40-35 a 1.09 del final a recibir en menos de un minuto un parcial de 7-0 (47-35) que solo pudo maquillar Nuutinen para dejar la desventaja en diez puntos al descanso (47-37).

Pero llegar diez puntos abajo al último cuarto cuando solo dispones de nueve jugadores, uno de ellos el canterano Sergio Arias y otro Alejandro Rodríguez, que suele tener sus minutos ante el Gijón Basket, equipo vinculado al OCB, y sin pívots te deja muy pocas opciones. Todo el tercer cuarto estuvo entre la posibilidad de que Cáceres finiquitara el duelo y los arreones de un Oviedo que quería agarrarse a la pista. Al final, sujetaron a Cáceres y se fueron doce abajo al último parcial (61-49).

En los diez minutos finales pasó algo similar. Cáceres nunca vio peligrar la victoria y Oviedo nunca dejó de pelear, con un pundonor digno de elogio. Un OCB en el que fueron excluidos por cinco faltas Jakstas y Sanz y que acabó el partido intentando recortar la diferencia, con Geks, Reyes y Nuutinen dejándose la piel por un equipo que sigue muy tocado.

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