Cuando más lo necesitaba por su situación en la tabla y los resultados de rivales directos, el Marino dio un paso al frente en A Malata. Tras un desgraciado primer tiempo, en el que sufrió la lesión de Álex Arias y recibió un gol tras un rebote en Lora, el equipo de Oli se creció y dispuso de numerosas oportunidades. Empató gracias a Boedo, tras una concesión defensiva local, y logró el merecido gol de la victoria cerca del final con un penalti al reaparecido Emilio Morilla que transformó con seguridad Guaya. El Racing, por su parte, perdió ante el Marino porque volvió a pecar de lo mismo que ante el Melilla, dos errores gravísimos, el primero de Quique y el segundo de Rivas. Se encontró, además, con un Marino pelón que ganó la apuesta remontando en el segundo tiempo el gol de Álex López.

El Marino dominó el encuentro ante el Racing de Ferrol, con el gigante Saha como referencia ofensiva y con el bullicioso Álex Arias. El interior estuvo a punto de sorprender a Rivas en el minuto ocho con una vaselina, pero el meta desvió. La lesión del jugador marinista redujo la capacidad de llegada del Marino, que vio como el Racing se adelantaba gracias a un centro de Villarejo que no fue despejado correctamente por la zaga. El balón llegó a Álex López cuyo disparo, tras golpear en un rival, despistó a Chechu y acabó en la red.

El Racing a partir de ahí se volvió conformista y no generó mucho juego ofensivo. Tras el descanso, el Marino dio un paso adelante. Luis Morán asistió a Saha, que no conectó la bota con el balón por milímetros en la primera acción. En la segunda, Rivas se estiró para desviar a córner un disparo del mismo Luis Morán. A la hora de juego, Quique se equivocó, lo mismo que hiciera en Madrid ante el Castilla. En esta ocasión, con un gesto técnico lamentable, con todo favorable, no soportó la presión de Boedo, que robó su temeroso pase a Rivas, encaró al meta y empató.

Tras el saque de centro pareció despertar el Racing con un disparo de Joselu desde la media luna que sacó Chechu. Los locales tuvieron la oportunidad de adelantarse de nuevo en un libre directo de Pablo Rey, que chutó alto. En el tramo final, tras el enésimo saque de esquina favorable a los visitantes, el Racing fue incapaz de alejar por dos veces el cuero de su área, Morilla se hizo con el balón cerca de la línea de fondo y, con la única opción de abrir el juego, fue derribado gratuitamente por Rivas. Guaya transformó desde los once metros y los tres puntos se fueron a Luanco.