Con la sufrida victoria frente al Mosconia, el Llanes encadena ya cinco triunfos seguidos en su feudo de San José pero, lejos de resultar un dato tranquilizador, lo cierto es que el equipo continúa sin transmitir seguridad y presenta una alarmante falta de gol, a pesar de generar una buena cantidad de ocasiones cada partido.

El tanto tempranero de Riki, en la única ocasión de toda la primera mitad, actuó de bálsamo para los locales, que despacharon unos veinte minutos iniciales prometedores. Pero la lesión de Ander, a quien se le salió el hombro izquierdo y sus tremendos gritos de dolor, fueron un anestésico para el partido, que entró en barrena hasta el descanso.

Del vestuario salieron los dos equipos desatados, lo que se tradujo en numerosas ocasiones de gol en las dos porterías en un auténtico ir y venir que duró todo el periodo. Las más claras para el Llanes fueron dos de Álvaro, que no remató bien cuando estaba en buena posición, y una de Javi Sánchez, que perdonó en el mano a mano con el portero.

Más claras si cabe fueron las visitantes, sobre todo una de Marcos, que envió a las nubes de forma increíble un mano a mano que Gabri le ganó a Isra, y dos clarísimas de Cabal, que también desperdició sin explicación posible.

En definitiva, bajo un diluvio incesante, la moneda pudo caer a favor de cualquiera pero, una vez más esta temporada y ya van varias, la suerte volvió a sonreír al Llanes.