Judit Romano lo ha vuelto a hacer. Siete meses después de dar a luz a su segunda hija, la jueza asistente asturiana reapareció el domingo en el derbi gallego de Segunda División, Lugo-Deportivo, en el Anxo Carro. El 19 de noviembre superó las pruebas físicas, confirmando su magnífica preparación, y la lesión de uno de los ayudantes del cántabro Muñiz Toca adelantó una semana su vuelta. El sábado, en el estadio de los Juegos del Mediterráneo, volverá a correr la banda para asistir a su compañero habitual, el avilesino Areces Franco, en el Almería-Mirandés.

Judit Romano García (Llanes, 4 de diciembre 1982) ha demostrado una fuerza de voluntad que se empezó a intuir en 2016, cuando volvió a arbitrar en Segunda División tras dar a luz a su primera hija. Un año después renunció a su condición de internacionalidad por la imposibilidad de compatibilizar la familia, el fútbol y su trabajo como anestesista en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en el que ahora disfruta de una excedencia.

Judit Romano, que mañana cumplirá 37 años, sigue aspirando a su último gran objetivo en el arbitraje: ascender a Primera División. Tendrá que hacerlo en las dos próximas temporadas, ya que en Segunda es obligatoria la jubilación a los 40 años. De momento, el sábado volverá a sentirse parte de su equipo habitual.