La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una sonrisa ganadora

Los jugadores del Liberbank Oviedo consideran que la actitud y la fortaleza mental fueron claves para la gesta en Lérida

Aficionados del Oviedo Baloncesto posan con los nueve jugadores que se desplazaron a Lérida, incluidos Davis Geks y Jorge Sanz (con la cartulina de "Los 7 Magníficos"), que no pudieron jugar por cuestiones burocráticas. MIKI LÓPEZ

"Han creído desde el primer segundo con una sonrisa en la cara". Las palabras de Javi Rodríguez minutos después de la victoria del Liberbank Oviedo en la cancha del Força Lleida fueron respaldadas ayer por sus jugadores. Al margen de aspectos técnicos, tácticos o físicos, los siete protagonistas de la gesta coinciden en que la clave estuvo en la actitud positiva con que afrontaron el partido y la fortaleza mental para sobreponerse a los malos momentos. Ayer, los siete héroes deLérida, más Geks y Sanz, que quisieron apoyar desde el banquillo, fueron recibidos por el presidente, Fernando Villabella; el director general, Héctor Galán, y un puñado de seguidores con un mensaje: "Los 7 Magníficos".

Sergio Arias, el más pequeño de los siete, por edad y talla, era el más optmista: "Yo viajé convencido de que íbamos a ganar". Lo confirma Álex Reyes, que con 25 años se aferraba a algo más que un pálpito: "Era optimista porque en los últimos partidos, pese a las derrotas, el espíritu de equipo y la unión habían sido fantásticas". El buen arranque, al que Reyes contribuyó con varios triples, ayudó: "Así es el baloncesto. Salimos a jugar con una sonrisa, con tranquilidad, los tiros entraban...".

Y cuando la situación se complicó, con el Lleida cuatro arriba al inicio de la segunda parte, entereza: "Faltaban 18 minutos, así que tocaba tener la cabeza fría y un poco de pausa. Fue un momento bonito porque hicimos un parcial de 12-0". Uno de los veteranos, el base Sergio Llorente, añade que "fue clave mantenernos unidos. Los jóvenes fueron tíos valientes, nos dieron lo que necesitábamos. Y los veteranos, simplemente, hicimos nuestros trabajo".

Palabras que dan sensación de normalidad en un partido que tuvo poco de normal. "Es la situación más complicada que he vivido en el tiempo que llevo jugando. Nunca tuve que afrontar un partido profesional con solo siete, ocho, ni siquiera nueve jugadores", recalca Reyes, que también valora la aportación táctica del entrenador: "Javi nos dio las pistas para tapar la anotación interior del Lleida en la medida de lo posible, teniendo en cuenta que tenían a un tío muy fuerte como Shaquille O`Neal. Nos metimos en la cueva a ver si fallaban y la cosa funcionó bastante bien".

También fue clave gestionar las faltas personales, como apunta Llorente: "Tuvimos un tramo un poco blando en el rebote y en la defensa. En la segunda parte ya hubo vía libre para hacer uso de las faltas y para ser un poco más duros. Fuimos fuertes mentalmente y por eso aguantamos en el último cuarto". En esa parte final fue importante la aportación de Alejandro Rodríguez, "Chuchi", que por las circunstancias jugó más de 35 minutos: "Era el momento para decir que estoy aquí para aportar, que hago las cosas bien".

Chuchi, de 21 años, agradece la ayuda de sus compañeros: "En el primer cuarto estuve bastante concentrado, pero después cometí un error y los veteranos, como Nuutinen y Llorente, me ayudaron". Después, consumada la victoria, llegó la celebración en el vestuario: "Había bastante rabia contenida, muchas ganas de ganar". Al benjamín Sergio Arias, de 19, casi se le saltan las lágrimas: "No fue el día que mejor jugué, pero hubo celebración gorda, como si hubiéramos ganado un título".

"Esto no es ningún trofeo", matiza Llorente. "Es un paso importante, pero si no seguimos la línea de los tres últimos partidos no servirá de nada. Hacer un equipo es difícil y con todos los movimientos en la plantilla nos está costando". Álex Reyes sí lo ve como "un punto de inflexión. Teníamos buenas sensaciones, pero había que descorchar la botella. En cuanto recuperemos gente, se tiene que notar". Esperan que así sea, entre otras cosas, por la afición, como explica Llorente: "Tenemos ganas de ver a la gente feliz en Pumarín. Al final de los partidos, tras las derrotas, son ellos los que nos animan".

Compartir el artículo

stats