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El Avilés, a peor

Hace un año el equipo blanquiazul que entrenaba Castañón estaba a seis puntos del descenso y ahora está a uno solo

César Gálvez y Juanma Castañón. R. S.

Un año después, al Avilés no le van mejor las cosas en los despachos ni en la clasificación. Tras la llegada de Norte Proyectos, la empresa balear que gestiona la primera plantilla del club desde finales de la pasada temporada, el club del Suárez Puerta se las prometía muy felices. Los baleares llegaron con ínfulas de hacer un equipo aspirante al ascenso. Palabras baldías hasta la fecha porque el curso pasado a estas alturas de la temporada la situación deportiva era considerablemente mejor.

Por el mes de diciembre de 2018 el aguerrido Avilés de Juanma Castañón vivía su apogeo. Tenía 19 puntos; era el equipo que mejor rentabilizaba los pocos goles que marcaba (8) de todo el país y estaba a seis puntos del descenso a Regional Preferente, que dado como se gestó la temporada, era bastante plausible. Hoy, el Avilés de Norte Proyectos, con una plantilla más cara, aunque lastrada por las lesiones, tiene 14 puntos y está a solo uno del descalabro del descenso. En común, ambos equipos tienen los impagos. Pero hay una diferencia fundamental. La plantilla del año pasado asumió que jugar en el Avilés tenía un precio. La dirección deportiva, entonces encabezada por Alain Menéndez, cubría con una tautología la anemia pecuniaria del club. "Se cobrará cuando se cobre", se repetía como un mantra. Y en ese Avilés, primero paz y después gloria. Porque, aunque ese equipo las pasó canutas, en realidad la posibilidad de descender a Preferente era lejana. El Avilés de Castañón pasó horribles momentos, que incluso hicieron creer en la posibilidad de un cambio en el banquillo que nunca llegó. Gracias a los goles de Cencillo, las paradas de Piquero y el trabajo desplegado por el cuerpo técnico hubo un club para que lo heredase Norte Proyectos Deportivos.

Una empresa balear incapaz de solventar, hasta ahora, el bloqueo en el que vive la entidad. Con un mes de impagos y otro de retrasos, la plantilla vive cada vez más intranquila. Ramiro de Lillo y Pantoja han pedido salir. Y otros muchos futbolistas lo siguen barajando, aún sin dar el paso directamente para salir del equipo. Con un entrenador despedido y con pocos efectivos, por las lesiones, y por la falta de recursos (el Avilés lleva semanas con solo un portero y tirando del juvenil para hacer las convocatorias), el club todavía de Tejero se aboca a un futuro cada vez más incierto.

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