Acaba de llegar de Nueva York, donde ha pasado una semana de vacaciones con su mujer, y aún está bajo los efectos de jet lag. Anda ya preparando las maletas para afrontar antes de la Navidad la concentración de pretemporada del Movistar, donde se reunirá por primera vez la renovada y rejuvenecida plantilla del único equipo Pro Tour español, que dará paso en Madrid la próxima semana a la presentación oficial del equipo en Telefónica.

Llega puntual al Hotel NH Amistad de Murcia y sin un gramo de grasa, como siempre, en la línea. Su genética le ayuda, pero también esa capacidad para evitar los excesos. Por ello no hay un corredor en el pelotón mundial que alcance más rápido la forma para competir que Alejandro Valverde Belmonte (Murcia, 25 de abril de 1980). Mientras que ciclistas de generaciones posteriores a la suya llevan ya tiempo retirados, él sigue en activo y con contrato hasta 2021, aunque con 'Balaverde' nunca se sabe.

Hace tiempo dijo que lo dejaría en 2019, pero participar en sus quintos Juegos Olímpicos, algo al alcance de muy pocos deportistas en el mundo, y la posibilidad de sumar un oro a un palmarés con un título de campeón mundial en 2018, han sido argumentos de peso para continuar en activo.

Además, después de competir este año 84 días, lograr cinco triunfos y más de una decena de segundos puestos, no siente que haya llegado el final de su carrera deportiva, sino todo lo contrario. 'El abuelo', como ya es conocido en el pelotón mundial -en 2020 será el ciclista en un equipo ProTour de mayor edad-, tiene cuerda para rato.

Empezó 2019 el 31 de enero y lo acabó el 12 de octubre. ¿No se le empiezan a hacer cada vez los años más largos?

No, igual, más o menos que antes, casi que antes se me hacían más largos y estaba deseando terminar para descansar.

Pero es que siguió con las clásicas italianas después del Mundial, cuando parecía que ya casi no iba a correr más.

Sí, pero sabía lo que iba a correr en Italia porque iba a estar en Lombardía -fue segundo-, pero lo que pasó es que decidí apuntarme a las de antes (Giro de Emilia, Gran Premio Bruno Beghelli, Tres Valles Varesinos y Milán-Turín). En cualquier caso, no he terminado muy cansado.

¿Eso fue porque el Mundial, donde abandonó, le supo a poco?

Hombre, me supo a nada porque al final, con ese tiempo tan malo, el recorrido como era y que encima quitaron dureza, se hizo muy duro con respecto a la climatologí

a, pero blando por las opciones que podía tener yo. Sabía que no tenía opciones de ganar.

¿Cuándo supo que el Mundial de Yorkshire no iba a ser para usted?

Yo sabía que no era un Mundial para mí de antemano, pero había que llegar allí y ver cómo era. Cuando llegamos el jueves y el viernes fuimos a reconocer el circuito, me di cuenta de que no era para mí. Incluso el día que estuve entrenando en el recorrido el clima fue malísimo y vi que no. A partir de ahí supe que era imposible.

¿Era peligroso el circuito en esas condiciones?

No es que fuera peligroso, pero no era duro y la dureza que había la quitaron porque no se podía pasar. Vi que no era para mí, que era para quien más resistencia tuviera a la climatología.

Entonces asimiló pronto que conseguir ese objetivo no iba a ser posible.

Pero para mí no era un objetivo este Mundial. Quería hacerlo bien, pero no era un objetivo. Objetivo fue el del año anterior, cuando lo conseguí, que lo tenía marcado desde un año antes, pero este Mundial solo era duro a medias para mí.

Ahora que ha pasado ya un tiempo, ¿cree que las celebraciones por su título de campeón del mundo fueron excesivas y que ese le descentró, le pasó factura?

Está claro que sabía que iba a ser difícil por todo lo que conlleva ser campeón del mundo, los actos, no poder entrenar bien... Y el maillot pesa, porque si ya era vigilado antes, ahora iba a ser el triple, como así fue. Ha sido un año complicado pero he disfrutado mucho, mucho. Ser campeón del mundo ya no me lo va a quitar nadie.

¿Lleva la cuenta de los segundos puestos que ha hecho en 2019?

Sí, sobre catorce o quince. Eso quiere decir que no he conseguido tantas victorias como el año anterior, pero hacer un segundo puesto significa que estás cerca y estás bien de forma. No han sido tantas victorias como en 2018, pero he acabado con cinco o seis y catorce o quince segundos puestos. Quiere decir que no ha sido un año con tantos éxitos de victorias, pero igualmente bueno.

Al principio del año le costó arrancar. ¿Fue en La Vuelta donde empezó a quitarse de encima el peso del maillot de campeón del mundo?

Fue después de las clásicas, después de Lieja-Bastogna-Lieja, cuando sufrí la caída. A partir de ahí descansé y empecé a entrenar bien, ya fue todo diferente, el maillot pesaba menos, como que ya había superado el aprendizaje de llevar ese maillot, y empezaron a venir mejores resultados, como la victoria en la Routte d'Occitanie (triunfo de etapa y general), y después en el Tour con muchos segundos puestos. Posteriormente, en la Vuelta se confirmó todo.

¿Hay pocas cosas ya que le hagan ilusión al margen de competir en sus quintos Juegos?

Más que competir me hace ilusión ser campeón olímpico. Competir en mis quintas olimpiadas está bien porque está claro que para un deportista es mucho, pero si consigo el oro sería la leche. Ser campeón olímpico sería fenomenal.

¿Y no le cansa ahora estar tanto tiempo fuera de casa todos los años?

Parecido. Al final uno está acostumbrado a este ritmo. Cuando empieza la temporada, volver a salir es difícil, es lo que más noto, pero cuando ya está rodando todo es como una rutina, es más fácil.

¿Teme el día del final de su carrera?

Sí, sabes que luego, cuando pares, va a ser duro, va a ser difícil, pero esto son épocas de todo, y la etapa que me voy a tirar en el campo profesional va a ser muy larga. Pero tiene que haber de todo y épocas para disfrutar de la familia.

Sigue viviendo y entrenando en Murcia con su grupeta de toda la vida. ¿Sigue picándose con el Jaba y el Saltitos?

Ahí seguimos todos los días, siempre que ellos pueden salir, pero es que es parte de mi entrenamiento. Así es mi entrenamiento. Cuando tengo que ir suave, voy, pero cuando hay que ir rápido, nos picamos, como cuando era amateur.

Nunca ha sido un ciclista egoísta, ¿pero ahora lo es menos?

A lo mejor sí. Me gusta ganar, pero también me gusta ayudar a los compañeros a que ganen y hacer de todo un poco.

¿Aún sigue teniendo el gusanillo antes de cada carrera?

Claro que se tiene y cuando lo pierda sí que me tengo que retirar.

En la Vuelta a España comprobé que el público le quiere más que nunca. ¿Se siente ahora más querido?

Sí, siempre me he sentido querido, pero quizás ahora me siento más reconocido a nivel mundial, no solo en España.

¿Tiene más problemas para ir por la calle?

Bueno, un poco, pero ya estoy acostumbrado.

Usted, en su juventud, era admirador de Induráin y Perico, pero ahora hay gente que le idolatra y que incluso corre en sus equipos, el Valverde Team-Terra Fecundis. ¿Qué sentimiento le genera eso?

Eso da mucho gusto, pero también da gusto devolver lo que me ha dado el ciclismo. Eso es importante. Tener el Valverde Team y que vaya creciendo me gusta. Empezamos con escuelas y cadetes, después llegó el equipo júnior y el sub-23. Ahora también hay chicas. Eso para mí es un honor y hay que intentar mantenerlo y apoyarlo al máximo. Tenemos ya una infraestructura grande y son muchos niños los que están en nuestros equipos. También hay que dar las gracias a Terra Fecundis y todos los patrocinadores que tenemos que están apoyando el proyecto.

¿Y los entrenamientos, cómo los lleva este invierno, ha cambiado algo o hace lo de siempre?

No, similar. Lo que he espaciado más son los descansos. Paré una semana, seguí entrenando y ahora he descansado otros siete días. En lugar de hacer el descanso entero, ahora lo he hecho en dos fases.

Con la edad, parar y arrancar cuesta más.

Yo creo que sí. Como he dicho, antes se me hacía el año más largo y estaba deseando descansar. A lo mejor en invierno me tiraba 25 días sin tocar la bici, pero ahora no puedo, el cuerpo me lo pide y tengo que volver a entrenar antes.

Veo que no se empieza a sentir mayor.

De momento no, pero cuando empiece la temporada te diré.

¿Qué calendario tiene previsto para 2020?

Empezaré en Mallorca, Valencia, Murcia, UAE o Andalucía, Cataluña, las clásicas y luego ya veremos si Ruta del Sur antes del Tour, los Juegos Olímpicos, la Vuelta a España y el Mundial.

Hace unos meses, se estrenó en Movistar un documental donde contó que había sufrido una depresión, algo que agradecemos especialmente los que hemos pasado en alguna vez de nuestra vida por ese trance y hemos salido a flote, porque con eso ayuda a ver que es algo habitual. ¿Se liberó contando esa etapa de su vida?

Sí, nunca lo había contado porque no se había dado el caso y no tenía especial ilusión de hacerlo, pero en esa entrevista sí se dio el caso y me abrí, lo conté, sobre todo para que la gente vea que no todo es alegría, ganar y felicidad, que somos humanos y que tenemos nuestros bajones aunque vaya todo de cara.

¿Le ha agradecido mucha gente que lo contara?

Sí, la verdad es que mucha gente se ha visto reflejada en ese documental.