Y, por supuesto, fútbol. Después de muchas semanas en que el Clásico Barça-Madrid era pasto de páginas de sucesos, a partir de las 8 de la tarde todo se centrará en el balón. Hay muchas razones para estar pendiente de él porque los dos equipos llegan igualados a puntos (el Barça es líder por apenas dos goles de ventaja) y han mejorado su juego respecto a la fecha inicialmente prevista para su primer enfrentamiento de la temporada. Además del factor campo, Ernesto Valverde podrá alinear a su equipo de gala, cada vez más asentado tras la rehabilitación de Rakitic y la recuperación de Jordi Alba, mientras que Zidane cuenta con las bajas de Marcelo y Hazard.

Los dos equipos han crecido durante el último mes como grupo, pero coronados por dos jugadores en un magnífico estado de forma. Messi y Benzema no sólo llevan la bandera de los goles (están igualados en el Pichichi, con doce), sino que resultan determinantes en el juego de ataque. Nada nuevo en el caso del argentino, que ha sacado de más de un apuro al Barça. Una evidencia durante los dos últimos años para el francés, que ha asumido el liderazgo que nunca quiso discutir a Cristiano Ronaldo mientras lo tuvo al lado.

Ausente Hazard, su mejor socio hasta la lesión, a Benzema le ha venido bien el cambio de dibujo táctico de Zidane, con cuatro centrocampistas. Porque, además, uno de ellos es Valverde, que ha inyectado juventud, velocidad y potencia al terceto habitual formado por Casemiro, Modric y Kroos. El técnico francés también ha recuperado para la causa a Isco, aunque tras su discreta actuación en Mestalla tiene más posibilidades de ser el descartado. Otra duda es el acompañante de Benzema, con opciones para Bale, Rodrygo y Vinicius.

Zidane, que dejó fuera de la convocatoria a Brahim, Odriozola y Mariano, quiso centrarse en el aspecto deportivo, sin que nada de lo que ocurra fuera pueda distraer a sus jugadores, como la coincidencia con el Barça en el mismo hotel y la salida conjunta hacia el campo. "Al final nosotros tenemos que poner nuestra energía en el terreno de juego. Es la única manera de preparar bien el partido. Podemos estar una semana hablando de lo que está ocurriendo fuera, pero nosotros solo pensamos en jugar un partido".

El francés prefiere ver el Clásico como una fiesta: "Me acuerdo de cuando yo jugaba. Vives para jugar estos partidos". Además, Zidane cree que su equipo llega en un momento dulce: "Llevamos tiempo jugando bien, tenemos resultados y llegamos bien a todos los niveles, anímica y futbolísticamente. Llevamos tiempo estando juntos y jugando con energía, con ganas. Pero no sólo en los partidos, nos preparamos muy bien y luego eso es la consecuencia".

Ernesto Valverde, que lleva tiempo defendiendo que no entendía el aplazamiento del Clásico, inisitió en que está seguro de que hoy todo se desarrollará con normalidad: "Estoy convencido de que vamos a jugar sin problema, la gente se podrá expresar en un sentido u otro pero vamos a jugar. Tenemos que estar preparados". Ante la igualdad en la clasificación, Valverde reconoció que el partido "tiene un punto más de trascendencia el que pueda ganarlo. Sería dar un paso adelante antes de que termine la primera vuelta. Pero psae lo que pase aún quedará mucha Liga".

"Es fundamental para nosotros tener a Benzema controlado", reconoció Valverde, que también apuntó que "el Madrid suele jugar bien en el Camp Nou y afrontar los partidos con mucha intensidad". Messi también se refirió a esta estadística: "Aquí aguantan un poco más atrás, están más juntos y salen a la contra porque tienen jugadores muy rápidos arriba. En el Bernabéu jugamos de igual a igual los 90 minutos. Aquí el partido se hace más trabado y más complicado".

El Barça solo tiene las bajas ya conocidas por lesión de Dembélé y Arthur, mientras que se quedaron fuera de la convocatoria por decisión técnica los defensas Wague, Todibo y Junior.