El gallego Iván Villaverde dirigió ayer su primer entrenamiento como técnico del ADBA, de la Liga Femenina 2. Y llega con las ideas claras y con la intención de revertir la situación en la que se encuentra el conjunto avilesino, penúltimo en la clasificación y con un balance de una victoria y once derrotas. "Me veo con energía e ideas para afrontar esta situación, que es reversible, sino no estaría aquí", afirmó con claridad antes de detallar que "me gusta la idea de trabajar con gente joven y de la casa, me hace ilusión y creo que podemos levantar la situación en la que nos encontramos".
El gallego, que vivirá su primera experiencia como entrenador de baloncesto femenino profesional, mandó ayer varios mensajes de confianza a sus nuevas pupilas en busca de una pronta reacción que se traduzca en buenos resultados, una circunstancia que considera que les ha dado la espalda hasta el momento. "La clasificación es irreal. Han competido mejor de lo que marca el balance de victorias y derrotas y se les nota que no se dan por vencidas a pesar de tropezar", comenta.
Villaverde sucede en el cargo a Juanjo García y se describe como un entrenador "diferente" al canario. En su pizarra ya aparece también el nuevo estilo que quiere en el ADBA a partir de ahora. "Será un juego mucho más corto, de buscar situaciones favorables cuanto antes mejor, sin agotar las posesiones", explica.
El ADBA regresará a la competición el 11 de enero, cuando se medirá al Ibaizabal a domicilio. Será el estreno en competición oficial de Iván Villaverde. Por delante le restarán catorce partidos para sumar victorias y acercarse a la permanencia, por lo que aboga por "salir en los catorce partidos con el cuchillo entre los dientes; se les puede dar un susto a más de un equipo".
Sin mirar más allá, el entrenador pontevedrés se centra en revertir la situación durante los seis meses que restan de competición y después "ya se verá". Ayer, en la cancha polideportiva del colegio San Fernando, dio sus primeros pasos para obrar el milagro del ADBA.
