La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Voleibol

El Cid Jovellanos llora la muerte de "Lucky"

"Fue un ejemplo de lucha", dice el presidente del club en el que jugó y trabajó durante más de una década

Juan Carlos Suárez Menéndez, Lucky. C. J.

El voleibol asturiano dio ayer su último adiós a Juan Carlos Suárez Menéndez, "Lucky", un clásico de este deporte en Gijón. Hijo de Luciano Suárez, de quien heredó su apodo y también el amor al voley, su fallecimiento a los 55 años deja huérfano al Cid Jovellanos, club al que llevaba ligado desde hace más de una década y en el que ejerció de técnico y jugador, llegando a competir incluso hasta la temporada pasada. En el mismo equipo de Primera Nacional ejerció labores de delegado hasta hace unas semanas, cuando la enfermedad contra la que llevaba luchando los últimos ocho años le apartó definitivamente de las canchas. "Fue un ejemplo de lucha, en la vida y en el deporte", afirma Manuel González, entrenador y presidente del Cid Jovellanos.

"Le llamábamos el superhéroe. A pesar de que llevaba tiempo enfermo, era todo energía, siempre tenía una sonrisa para todos. Era un hombre de un corazón inmenso", dice Manuel González sobre "Lucky", quien peleó toda su vida para que el voleibol masculino siguiera vivo en Gijón después que los años en División de Honor dejaran en mínimos los apoyos y también la presencia de la ciudad en categoría nacional. Juan Carlos Suárez, jubilado de Renfe, también vivió desde dentro los mejores años del Emi, club de voleibol en el que también entrenó su padre, ligado al Ferroviarios y al Esmena.

Compartir el artículo

stats