El piloto portugués Paulo Gonçalves falleció ayer durante la séptima etapa del rally Dakar, según informó la organización. Gonçalves, de 40 años, sufrió un accidente a la altura del kilómetro 263 de la etapa entre Riad y Wadi Al Dawasir, que tenía el tramo cronometrado más largo de todo el rally, con un total de 546 kilómetros. Gonçalves era uno de los pilotos más queridos y respetado de la caravana del Dakar por su amabilidad, solidaridad y carácter afable.

El portugués participaba por decimotercera vez en el rally más duro del mundo, y por primera vez lo hacía con la marca india de motos Hero, tras haber competido antes con la japonesa Honda, con la que en 2015 quedó segundo, el mejor resultado de su carrera. El piloto estaba inconsciente y presentaba una parada cardiorrespiratoria cuando acudió a su rescate un helicóptero de la organización.

Los médicos de la carrera le practicaron maniobras de reanimación en el mismo lugar del accidente sin éxito, por lo que el piloto luso fue trasladado al hospital de Layla, dentro de la región de Riad, donde se certificó su fallecimiento.

Javier Álvarez, abatido

Aunque sus objetivos en el Dakar son muy diferentes, el piloto de Grado Javier Álvarez vivió de cerca la tragedia de Gonçalves, con el que había coincidido muchas veces en el comedor y en el vivac. Álvarez superó ayer la mitad del recorrido del Dakar con sus esperanzas intactas de completarlo por segunda vez, como el año pasado en Perú.

"Va a ser difícil porque me duele bastante la mano que me lesioné poco antes del Dakar", señaló Álvarez. La muñeca derecha y el antebrazo es lo que peor llevo. Con el machacón de las etapas de los últimos días estoy sufriendo bastante. Además, las próximas etapas serán duras porque quedan más kilómetros del total de Perú el año pasado".