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Culé Moyáu

Un vaso de leche envenenado (o no)

Cuando en la película "Sospecha", una de las obras maestras de Alfred Hitchcock, alguien le dice a Johnnie Aysgarth (espléndido Cary Grant) que Lina McLaidlaw (Joan Fontaine) no es una chica para él, Johnnie reconoce que está harto de las chicas que sí son para él. Personalmente, estoy cansado de ese rollo acerca de los entrenadores que sí son para el Barça porque, según dicen, comparten con el club que es más que un club no sé qué ADN culé, o algo así. Como Johnnie en "Sospecha", estoy harto de los entrenadores que sí son para mi equipo. ¿Quique Setién es un entrenador nacido para entrenar al Barça como un Kennedy nace para formar parte de la élite política estadounidense? ¿Lo es Xavi, cuyos méritos para entrenar hoy al Barça están al mismo nivel que los méritos de Rajesh Koothrappali para sustituir a Neil DeGrasse Tyson en una nueva continuación de "Cosmos"? ¿Lo es Ronald Koeman, o Mauricio Pochettino? Puede que lo que el Barça necesite sea un entrenador sin ese metafísico "ADN Barça", es decir, un entrenador que no es para el Barça.

Mientras esperamos a Xavi con la esperanza de que este culebrón futbolístico no termine convirtiéndose en una tragicomedia en dos actos, como la obra de teatro "Esperando a Godot", de Samuel Beckett, hay que confiar en que Quique Setién aparezca (no como Godot) y en que desaparezcan los fantasmas de la Roma y del Liverpool. La temporada pasada, el fichaje invernal del Barça fue el delantero (eso dicen por ahí) Kevin-Prince Boateng, y el fichaje invernal de esta temporada es Quique Setién. Ojalá Setién no se convierta en un Boateng del banquillo del Barça. Para eso, es necesario que Setién no solo sea, sino que también esté. Boateng nunca fue, nunca estuvo y jamás se le esperó. El gran problema de Valverde es que no fue y no estuvo en los partidos clave, esos partidos que marcan temporadas como los besos marcan las relaciones de pareja. ¿Confiamos en Setién? Por supuesto, porque confiamos en el Barça y nos fiamos más de Messi que del ADN. Pero, en un futuro próximo, no estaría mal poder ver en el banquillo del Barça a un entrenador que no es para el Barça, como la delicada y sensible Lina no era una mujer para el vividor, descarado y absolutamente encantador Johnnie. "Sospecha" juega con la idea de que Johnnie quiere asesinar a Lina para quedarse con su fortuna. Cuando Johnnie sube por la escalera con un vaso de leche para su esposa, los espectadores sospechamos que la leche está envenenada. ¿Lo estaba? Nunca lo sabremos. ¿A que ahora la idea de que un tipo como Johnnie entrene al Barça es más interesante?

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