No fue un gran partido el visto entre el Ceares y el Lealtad en Lloreda. En el segundo partido de los cearistas en su exilio al barrio oeste de Gijón, los tres puntos volvieron a volar lejos de la ciudad. Si hace quince días se fueron a Posada de Llanes, ayer viajaron algo más cerca, a Villaviciosa.

Los visitantes, líderes incorruptos de la tabla de Tercera, hicieron lo justo y necesario para llevarse la victoria. Pasada la media hora de partido, un balón recogido dentro del área por Álvaro se introdujo en la portería de Nacho Rubiera. Quizás el remate del atacante maliayo fue lo más destacado del partido. De espuela no se suelen ver muchos goles.

La segunda mitad arrancó con un Ceares un poco más arriba de lo habitual. Empatar era necesario. El Lealtad aprovechaba sus contras incluso con un balón al palo. Los porteros fueron protagonistas en las escasas ocasiones de los delanteros. Primero fue Nacho Rubiera quien despejó un tiro a bocajarro de Cantave y después Bussman el que se lució tras un golpe franco.

El Ceares necesita remontar el vuelo cuanto antes. Los resultados de las últimas semanas han enterrado a los de La Cruz en los puestos bajos de la tabla y a solo tres puntos del descenso a Preferente. El Lealtad sigue invicto y ya van 22 jornadas. Con paso firme va acercándose al objetivo de hacerse con la primera plaza. Ayer en Lloreda no hizo ningún alarde y concedió pocas ocasiones. Además, se movió bien en lo que ahora llaman "el otro fútbol" cuando era necesario.