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Raúl y la espina olímpica: "Lo merecíamos"

Entre tanta gloria, la carrera deportiva de Raúl Entrerríos guarda una decepción que todavía le amarga: la eliminación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Para un jugador de balonmano, por muchos títulos mundiales y europeos que reúne, no hay nada más grande que los Juegos. Después del bronce de Pekín 2008 y de rozar las semifinales en Londres 2012, el asturiano tuvo que ver los Juegos brasileños desde casa. Por eso, ayer sus primeras palabras fueron para esa espina.

"Estoy muy feliz por lo mal que lo hemos pasado, ya sabemos todos por qué", dijo el gijonés sin mencionarlo. Y añadió en referencia a Tokio: "Nos merecíamos estar ya clasificados".

Sobre el partido, Entrerríos señaló que "fue un partido muy igualado. Era muy difícil romperlo y cuando conseguimos los cuatro goles de ventaja quedaba mucho tiempo. Hemos tenido paciencia, consistencia en esos momentos clave, con la pizca de suerte que hay que tener".

Raúl Entrerríos disfrutó del éxito con su familia, que asistió a la final: su padre, José Manuel, su mujer, Noelia, y sus hijos Iyán y Claudia.

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