A Alonso Meana le ha tocado vivir muy de cerca lo que ha supuesto la muerte de Kobe Bryant en el mundo del baloncesto estadounidense y, en general, cómo ha afectado a la sociedad de un país que lo adoraba por lo que había conseguido como jugador de la NBA. El gijonés, canterano y exjugador del Liberbank Oviedo Baloncesto, de 19 años, compite en la NCAII en el equipo de la Universidad de Illinois Springfield, donde también está realizando sus estudios. El asturiano, en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA, explica cómo se vivieron los primeros momentos tras darse a conocer la noticia: "Fue un shock grandísimo, todo el mundo está muy afectado no solo la gente que está relacionada con el mundo del baloncesto".

Y es que, explica Meana, los estadounidenses respetan mucho "todo lo que Kobe representó en el mundo del deporte". Un ejemplo de la importancia de este icono la percibió en una de sus clases en la Universidad: "En una de las clases de Economía, el profesor hizo referencia a él por su mentalidad competitiva". Por supuesto, en su equipo de baloncesto se vivió con especial fuerza: "Vi a algunos compañeros de mi equipo con lágrimas en los ojos". La forma en la que han afrontado esta situación fue una de las cosas que más le llamaron la atención: "Lo que más me sorprendió es cómo lo enfocan al mundo de la religión porque aquí todos son muy creyentes". Este suceso también ha hecho que los sentimientos se pongan a flor de piel. "Todo el mundo está poniendo cosas en redes sociales y diciéndote cuando te ve que te quiere mucho y que te aprecia. Para ellos es un recordatorio de que la muerte afecta a todo el mundo por igual, da igual que seas pobre o que seas una súper estrella, cualquiera está expuesto", señala Meana.

Sospecha que sí, pero no está seguro de si en su próximo partido harán minuto de silencio, aunque ya vivió algo similar en el primer entrenamiento tras conocer el fallecimiento de Bryant: "Después de entrenar rezamos todos por los afectados".

También percibió cómo buena parte de la gente no entendió bien la decisión de la NBA de no aplazar los partidos de Liga que tuvieron lugar pocas horas después de fallecer Kobe Bryany otras ocho personas, entre ellas una de sus cuatro hijas, en un accidente de helicóptero. "Sí, los del equipo comentaron que deberían haber parado los partidos. Estuvimos viendo algún partido y se veía como los jugadores estaban muy afectados antes y durante los encuentros", relata Meana. También en la Liga universitaria, en la que Kobe Bryant no llegó a jugar (pasó directamente del Instituto a la NBA), hubo momentos emotivos cuando se conocieron los hechos: "En la NCAA en el partido de Michigan se ve como después del partido en la entrevista a Winston (Cassius Winston, jugador de uno de los mejores equipos universitarios) le comentan los hechos y cómo el jugador se queda helado al conocer la noticia".