En la ciudad de los históricos Club Patín Cibeles y Club Patín Santo Domingo, el Oviedo Booling intenta llevar la bandera del hockey sobre patines de elite. El primer equipo se defiende en la Liga Plata, grupo Norte, antesala de la OK Liga, ahora mismo inalcanzable. Mientras busca ingresos que le permitan dar un salto de calidad, la directiva del Booling sigue mirando a la cantera.
"Es importante mantener la categoría para que los chavales que vienen de abajo vean que aquí hay futuro", explica Samuel Vallina, coordinador del Oviedo Booling. Al final de la primera vuelta, el equipo está fuera de descenso con una plantilla formada por jugadores de la cantera, cuatro de ellos juniors, y dos procedentes del Areces, Rodrigo y Enol.
El Booling lucha en inferioridad de condiciones con clubes que son profesionales. "Estamos haciendo milagros", recalca Vallina, que asegura que en la primera plantilla solo cobran los jugadores que se encargan de los 16 equipos de las categorías inferiores. En total, el Oviedo Booling mueve casi un centenar de jugadores.
Los ingresos se limitan a las cuotas, de entre 30 y 50 euros, que pagan los poco más de 300 socios del club, además de las ayudas del Ayuntamiento de Oviedo y del Principado. Cuentan con pequeños patrocinadores y buscan un sponsor que dé nombre al primer equipo por una cantidad importante.
La estabilidad del club solo se ha visto alterada por los cambios en el banquillo, todos obligados. Empezó la temporada Rubén Muñoz, que tuvo que renunciar por motivos laborales, al igual que su sutituto, Javi Mier. Ahora el técnico es José Antonio García, Pecho.
