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Razones para la esperanza

La mejoría del Liberbank Oviedo le permite llegar con cierto optimismo al decisivo duelo del sábado ante el Lleida

Sergio Llorente, con el balón, ante Sergio Quintela, del Breogán. IRMA COLLÍN

El Liberbank Oviedo ha pasado de ver el futuro negro a cargarse de razones para ser optimista para conseguir la permanencia en la LEB Oro. El equipo de Javi Rodríguez ha salido de los puestos de descenso, ahora es cuarto por la cola, empatado con otros cuatro equipos (Lleida, Granada, Castelló y Huesca) a siete victorias. Uno de ellos es el Lleida, antepenúltimo, ya en puesto de descenso, y precisamente el próximo rival que visitará Pumarín. La cita, clave en la lucha por la salvación, tendrá lugar el sábado, a las 18.30 horas.

Pero las razones que llevan al optimismo en el Liberbank Oviedo no vienen tanto de estar en estos momentos fuera del descenso como en la clara mejoría que ha experimentado el equipo en las tres últimas jornadas. Una vez se tocó fondo perdiendo en Melilla por 76-46, el equipo, ya con todos los jugadores disponibles tras la recuperación de Álex Reyes, empezó a construir la casa por los cimientos. Uno de los cambios estuvo en la concentración. Tanto en la derrota frente a Palma (83-76) como en las victorias ante Breogán (72-66) y Ourense (65-72), el OCB fue un equipo que mantuvo el nivel durante los 40 minutos de juego, sin los altibajos que en otras fases de la temporada le dejaban fuera de combate en unos instantes.

La victoria ante el Breogán también sirvió a los de Javi Rodríguez para quitarse complejos y ganar tranquilidad. Que la plantilla vivía en un estado de nervios alarmante se pudo ver en ese mismo partido, cuando, con cuatro puntos de ventaja y en el último minuto del partido, una pérdida absurda acabó con el partido empatado y en la prórroga. Sacar ese duelo adelante les dio mucha confianza y alejó ciertos fantasmas.

Pero los partidos los ganan los jugadores y algo que ha sido clave en el paso adelante que ha dado el OCB en las últimas jornadas ha sido el nivel ofrecido por algunos que por diferentes razones no habían rendido a su máximo potencial. El más importante de todo es, sin duda, Oliver Arteaga. El veterano pívot canario, uno de los jugadores con más partidos en la LEB Oro de la historia, sufrió una lesión mediada la temporada y, tras volver, le costó alcanzar un estado de forma óptimo. En las últimas jornadas ha elevado su nivel y el equipo se ha enganchado al que es uno de sus grandes referentes.

Otro que ha dado un paso adelante y al que se le ve más entonado es a Sergio Llorente. El base madrileño ofreció momentos esta temporada en los que estuvo irreconocible, incapaz de llevar el ritmo de su equipo y de anotar. En las últimas jornadas le ha dado la vuelta a la situación. El sábado es el mejor momento para refrendarlo.

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