Estuvo durante tres temporadas defendiendo la camiseta del ADBA y ahora, por primera vez, Andrea Malanda regresará al polideportivo del Quirinal con la elástica del Movistar Estudiantes, líder destacado de la Liga Femenina 2. "Jugar contra el ADBA es como volver a casa, tengo muchas ganas de que llegue el partido", comenta la base del equipo madrileño.

En la ida, en el recordado partido celebrado en el Wizink Center ante 6.283 espectadores, Malanda ya disfrutó a la hora de medirse a alguna excompañera como es el caso de Sara Fraile, con la que comparte además posición en la pista. Pero ahora, retornar al feudo avilesino, le remueve un fuerte sentimiento. "Allí empezó todo, fueron tres años muy importantes para mí", explica la jugadora de 29 años.

El ADBA se encuentra actualmente en una situación clasificatoria muy delicada, con dos triunfos de desventaja con respecto al Cortegada, lo cual le pone contra las cuerdas a la hora de buscar la permanencia. Andrea Malanda lo tiene claro y desea que "ojalá puedan salvarse, me da mucha pena verles en esa situación porque es un club que no merece descender, así que les pido que, aunque lo tengan muy difícil, no es imposible". Malanda vive ahora una "experiencia diferente, en un club enorme donde se vive el baloncesto de otra forma", pero no olvida al ADBA, que espera que resurja a tiempo.