La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nuevo derrumbe del OCB

El Liberbank Oviedo, castigado por las bajas de Arteaga y Nuutinen, se desmorona frente a un rival directo

Jakstas trata de encestar ante Blázquez, con los jugadores del Almansa Gilling y Rowle observando la acción. RUBÉN VIZCAÍNO / AFANIÓN CB ALMANSA

Faltaban cuatro minutos y medio para llegar al descanso cuando Sergio Llorente metió un triple que puso al Liberbank Oviedo catorce puntos arriba (24-38). Otro triple, lanzado sin convicción por José Blázquez, con el partido perdido por los asturianos en la cancha del Almansa, no tocó ni aro y sirvió para dar por concluido un duelo que coloca al OCB en una situación límite, con el basket-average perdido con casi todos sus rivales de la parte de abajo, consolidado en la antepenúltima posición, en descenso, a una victoria de un grupo de tres equipos.

La alegría del Almansa ayer se explica con facilidad: un equipo para el que la permanencia es un éxito espectacular se coloca a tres victorias del equipo que la marca, el OCB, al que, por supuesto, tiene ganado el basket-average. El equipo ovetense ha sido fiel a su costumbre de esta temporada: naufragar en los partidos clave, en los que toca demostrar una teórico superioridad de plantilla. También ha cumplido con su cupo habitual de desgracias. A la conocida ausencia por lesión de Arteaga se unió a última hora la de Nuutinen, con bronquitis. Un jugador que ayer, sobre todo por la ausencia de Arteaga, debía ser fundamental. Por si fuera poco, Jorge Sanz, que llegaba tocado, se retiró lesionado.

El panorama es tremebundo para el Liberbank Oviedo y tan solo detalles como la calidad individual que ayer demostró Francis Alonso, que sumó 13 puntos en su debut, pueden dar cierto margen a la esperanza. También será fundamental la aportación de Nick Washburn en el juego interior, donde el OCB sufre muchísimo. Ver a Wright, al que no se le puede negar la entrega y el esfuerzo, errar canastas solo debajo del aro es desesperante.

El partido de ayer dependió casi en exclusiva del acierto exterior. Mientras el Oviedo lo tuvo, todo fue bien. En el momento en el que los triples dejaron de entrar el edificio se desmoronó a toda velocidad y acabó cayendo con estrépito. Tras la canasta de Llorente que puso catorce arriba al OCB se hundieron. Un parcial de 16-2 en cuatro minutos y medio llevó el partido empatado a 40 al descanso. Las buenas sensaciones que había dejado el equipo en los primeros minutos y, sobre todo, el acierto del que había gozado se esfumaron.

El OCB tenía que encarar un partido nuevo en el segundo tiempo en el que entraba en juego el factor de una cancha, la conocido como "Bombonera", que sabía lo que se jugaba su equipo y que hizo todo por empujarlo hacia el triunfo. También aparecieron jugadores con un carácter competitivo increíble, como el exjugador del OCB Cvetinovic, capaz de sentenciar el encuentro con un robo de balón en los instantes finales.

El equilibrio se mantuvo en el tercer parcial, aunque fue ya el Almansa el que empezó a tomar la iniciativa en el marcador para irse al último cuarto con cinco puntos de renta (57-52). Apretó el OCB, liderado por Jakstas, y consiguió ponerse tres arriba (59-62) a 5.33. Y de nuevo llegó el desastre. Un parcial de 22-2 en ese último tramo que habla de un equipo que vive en un constante estado de nerviosismo que les paraliza completamente en los momentos importantes, en los que se deciden los partidos.

Compartir el artículo

stats