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Culé Moyáu

Ética, estética y Nobel

Como no hay ética sin estética, el feo (en las formas) fichaje sobre la bocina de Braithwaite es tan ético como pedir a un Premio Nobel de Literatura que eche una mano a mi sobrino para escribir un cuento y participar en un concurso del cole. Que sí, ya lo sé, que no es ilegal que un Premio Nobel de Literatura ayude a mi sobrino con la escritura de un cuento, como no es ilegal pagar la cláusula de un futbolista y dejar a su equipo con unos cuantos millones más y un delantero menos. Pero es muy poco estético. O sea, es feo. Los fichajes del Barça, como la mujer del César según la sentencia atribuida a Cayo Julio César, no solo deben ser honrados, sino parecerlos. Y el fichaje de Braithwaite es honrado, por supuesto, pero no lo parece. ¿Por qué? Porque es feo.

Los líos en los que anda metido el Barça estos últimos días también son muy feos, así que es probable que tampoco sean muy éticos. De ahí los silbidos del público del Camp Nou, los pañuelos al aire y el enfado de unos aficionados un poquito hartos de que el ser y el parecer culé se lleven tan mal como Donald Trump con la tozudez de los hechos. Entre tanta fealdad, siempre nos queda Messi, ese futbolista al que algunos estaban empezando a enterrar porque llevaba cuatro partidos sin marcar. Parece que Messi no estaba muerto y ni siquiera de parranda. Estaba ahí. Pero nos hemos acostumbrado tanto al brutal ritmo goleador de Messi que el día que no marca parece que indica el fin del mundo y el día que marca cuatro goles al Eibar da la impresión de que solo es un día más del argentino en la oficina. Messi jugó un bonito partido ante el Eibar, y lo cierto es que Braithwaite también tuvo un bonito debut. Un fichaje puede ser feo y, a la vez, funcionar como debe. Casi no me atrevo a pensarlo, pero es posible que Braithwaite se convierta en un nuevo Larsson, aquel delantero que siempre hacía lo que se esperaba de él y que muchas veces hacía lo que nadie esperaba. A falta de Luis Suárez y teniendo en cuenta que Dembélé nunca estuvo, necesitamos un Braithwaite que acepte y pueda ser un Larsson.

De acuerdo, el Barça encargó a un Premio Nobel de Literatura que ayudara al equipo a escribir un cuento para la Liga. Eso es abusar. Pero el cuento ha empezado bien. Por cierto, Larsson es sueco. Como los Premios Nobel.

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