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Los ojos de Tebas en los Balcanes

La ovetense es delegada de la Liga española en Serbia, Bulgaria y Rumanía

Elisa Álvarez, con un balón de la Liga. LNE

Elisa Álvarez (Oviedo, 1987) vive desde hace seis meses a más de 2.500 kilómetros de Oviedo, su ciudad natal, donde nació su pasión por el fútbol. Tras muchas vueltas (jugadora y entrenadora), su centro de operaciones está en Budapest (Hungría) y desde ahí ostenta un jugoso cargo poco habitual y, sobre todo, poco conocido: es la delegada de la Liga para Hungría y los Balcanes (Bulgaria, Serbia y Rumanía).

Álvarez es una "rara avis" en los entresijos de un deporte, el fútbol, que, pese a que avanza a pasos agigantados hacia la igualdad, todavía está profundamente dominado por los hombres. "Todo está cambiando y yo intento no ver comportamientos machistas. Es cierto que en las reuniones que tenemos, por ejemplo, la mayoría de los directivos son hombres, pero yo intento sacar las ventajas de ser mujer en otros aspectos. Las mujeres que ahora estamos en el fútbol somos pioneras y tenemos un compromiso con las futuras para ir abriendo camino en el mundo del fútbol, eso es una motivación extra. No me pude ganar la vida como jugadora ni como entrenadora, pero encontré mi campo en la gestión", explica desde Budapest.

La ovetense encontró su hueco tras probar en otras industrias. Graduada en Administración de Empresas por la Universidad de Oviedo, trabajó en Du Pont con 24 años. Justo después de dejar el fútbol, en las filas del Oviedo Moderno, donde jugó desde los 12 años, a excepción de una experiencia en Carolina del Sur, donde estuvo con una beca en 2006, pero regresó antes de tiempo por un contratiempo familiar. "No podía compatibilizar el trabajo con el fútbol", indica.

La industria no la llenaba. El fútbol tenía más tirón. Por eso penetró en el mundo de la representación, en la agencia del agente asturiano Gelu Rodríguez. "Conocí lo que es el fútbol por dentro y aprendí mucho. Hacía scouting, seguimiento y atención al jugador, análisis... De todo. Por eso decidí seguir formándome". Elisa hizo entonces un programa de la Liga con Garrigues en Madrid. Mientras, probó suerte en una de las agencias más conocidas: YouFirst, con el ovetense Regino López como jefe.

"Estuve tres o cuatro meses y cuando el máster estaba acabando la Liga convocó unas oposiciones para marketing internacional e hicieron una selección de gente muy grande. Uno de los destinos era Hungría. Me cogieron, acepté, estuve de formación un mes y ya me quedé a largo plazo", explica la ovetense. Y ahora su puesto es una de las posiciones clave para uno de los objetivos capitales de la patronal de Javier Tebas: la expansión de la Liga española.

De eso se ocupa Álvarez, en contacto permanente con todos los estamentos interesados en los Balcanes. "Tocamos varios campos distintos. El nivel comunicativo es muy importante, intentamos difundir las noticias de la Liga en los medios internacionales. Colaboramos con las instituciones españolas en los distintos países y a nivel regional colaboramos con las ligas locales. Intentamos llegar a acuerdos de colaboración porque no venimos de manera invasiva, simplemente que la Liga esté cada día más presente en el mundo", explica.

A Hungría llega también la dura competencia que existe en España por los derechos de televisión, el auténtico melón de la financiación de los equipos de fútbol. "Aquí tenemos la función de dar el máximo apoyo posible a la operadora que tiene los derechos en el país. Ellos tienen el producto primario e intentamos ayudarlos. La competencia con otras ligas es bestial, pero los principales jugadores de aquí, como Puskas y Kubala, jugaron en España y son los héroes de su tiempo". Elisa no se pone barreras, y no sabe dónde estará en un futuro, aunque admite que no le importaría regresar a Asturias. En su tierra, en realidad, lo tuvo realmente difícil. Tiene el título de entrenadora y fue técnica en la escuela del Oviedo: "Lo máximo, infantiles o alevines. En el mundo del fútbol cuesta que den oportunidades a una entrenadora, en ese aspecto se cierran puertas. Está claro que no van a dar unos juveniles a una chica. Cuando hice el curso de entrenadora recuerdo que era la única mujer".

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