En los anteriores tres partidos al de Ponferrada, el Sporting había logrado marcar cinco goles. Y algún otro que se quedó por el camino. Porque el Sporting se quedó corto, para los argumentos que había ofrecido. Ayer en Ponferrada sucedió algo similar, al menos en una primera mitad en la que aprovecharon la debilidad del conjunto berciano para crear peligro. Pero faltó el colmillo. Una vez dentro del área el equipo estuvo espeso para definir. Álvaro Vázquez, que sigue de delantero titular, aporta cosas diferentes a Djuka. Tiene movilidad, calidad y abre espacios. Pero a la hora le falta la misma ambición que al serbio. Esa falta de contundencia, que tantas veces ha acusado el equipo durante el año, vuelve a escena. Y en el peor momento, cuando parecía que había una reacción.