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Vinicius, el entusiasta

Su tanto ante el Barça supone una liberación para un futbolista en el que el Madrid tiene depositadas muchas esperanzas

Vinicius celebra su gol ante el Barcelona el domingo. REUTERS

Más que un asistente, Kroos parecía un policía local. Fijó al defensa cerca del ala izquierda del ataque y con la mano derecha, en alto, pidió movimientos a los atacantes. ¡Circulen! Vinicius, que había llegado de puntillas hasta la espalda de un anárquico Semedo, recogió el mensaje del alemán e inició el sprint. Después, la escena tantas veces ensayada y nunca bien ejecutada. Definición, con rebote decisivo en Piqué, a la red. ¿Un gol? No, una liberación. "Es mi mejor noche desde que estoy en el Madrid", explicó, aún emocionado, el brasileño al término del partido.

Vinicis, 19 años, tiene un sinfín de virtudes que le señalan como uno de los cracks de la futura generación y un problema enorme: la toma de decisiones. Ahí cuando las pulsaciones son más altas y los espacios se reducen, a Vinicus suelen caérsele las ideas. Más que un problema futbolístico, un asunto a tratar en el diván.

Pero tiene el brasileño una actitud que contagia. Un afán de superar todos los obstáculos, incluso los que él mismo se pone. Porque Vinicius juega contra varios rivales en el partido. Lo hace contra el lateral de turno, contra las etiquetas de falta de pólvora y contra sus dudas. Ante el Barça fue el mejor jugador del Madrid. Los blancos demostraron más hambre que su rival en la carrera por la Liga y Vinicius es el que porta el estandarte del entusiasmo.

Tras la actuación, el torrente de felicitaciones para un chico que, con todos sus problemas, siempre ha mostrado una actitud encomiable. "Se merecía un gol así", expresó Zidane. "Ojalá este gol le sirva para liberarse", añadió Emilio Butragueño. En la estrategia de los últimos años de Florentino Pérez -formar balones de Oro antes que comprarlos-, Vinicius ocupa un lugar preferente.

El tanto del brasileño es el segundo que logra en la Liga (el otro fue ante Osasuna en la sexta jornada), un saldo escaso cuando ocupas un rol tan expuesto a la lupa como sucede en el Madrid. También ha marcado en Europa y en la Copa para un total de cuatro tantos. Lo ha hecho tras intentar 22 disparos, de los que 14 fueron entre los tres palos. Es este aspecto el que revela la insistencia del brasileño ante la meta rival: Solo Benzema (41 disparos a puerta) y Kroos (15) lo han intentado más que él en la Liga.

Los defensores del juego del brasileño prefieren centrarse en sus virtudes. En esa determinación por irse a por el rival. En un fútbol que cada vez tiende a los movimientos redundantes, Vinicius se lanza a por la presa. Tiene cosas de los extremos de antes, de vuelos directos, sin escalas. Su edad y la capacidad de aprendizaje son sus principales atenuantes cuando se señala su falta de puntería. Basta un ejemplo. Con el tanto del domingo, el atacante supera a Messi como el goleador más joven en un clásico en el siglo XXI: anotó con 19 años y 233 días, cuando la marca del argentino se había fijado en 19 años y 259 días.

De la mano de Vinicius, también encontró el foco Mariano, olvidado durante la mayor parte de la campaña; efectivo cuando se pide especialistas del gol. El ariete empleó 51 segundos y cuatro toques en batir a Ter Stegen. Si el Madrid busca pólvora, mientras Benzema se arregla con las musas, ahí tiene dos voluntarios: el entusiasta Vinicus y el pragmático Mariano.

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