El Langreo sacó oro ayer en su visita a Luanco. Los azulgrana se llevaron de Miramar tres puntos importantísimos para la pelea por la salvación en un duelo muy norteño, de más tensión y disputa que fútbol, y que estuvo marcado por la expulsión del marinista Luis Morán en el minuto 31, una decisión que fue muy discutida en el bando local y que, tal y como criticaron jugadores y cuerpo técnico local, marcó el devenir del encuentro.

Los cierto es que el partido en Miramar empezó con más tensión que fútbol. De hecho, en la primera hora de fútbol hubo poco. Hasta entonces, lo más destacado había sido una pifia entre Porrón y su defensa que a punto estuvo de costarles el gol.

Si bien, la emoción que no le estaban dando los futbolistas al encuentro terminó por dársela el árbitro, precisamente en el minuto 31. Fue entonces cuando, para hacerse con un balón que volaba en la frontal del área, el local Luis Morán estiró la pierna al tiempo que el visitante Ferreiro metía la cabeza con ánimo de despejar. Los tacos del luanquín impactaron en el hombro del azulgrana -ayer de blanco- y el colegiado no dudó: roja directa, para cabreo de la parroquia y futbolistas locales.

La calamidad para el Marino no terminó ahí. El Langreo botó la falta en corto y Allyson, desde 22 metros, fulminó la escuadra derecha de Porrón, que nada pudo hacer para evitar el gol. Poco más hasta el descanso.

En la segunda parte, el Marino dio un paso al frente para buscar el empate. Lo tuvo Lora en el minuto 52 con una espectacular volea desde la frontal del área que sacó con mucho mérito Adrián Torre. Pero nuevamente, lo único que encontraron los azulones fue el infortunio. En el minuto 61 Javi Porrón erró en una salida ante Allyson. El balón salió rechazado hacia la portería y, cuando un defensor iba a salvar el gol sobre la línea, nuevamente Allyson, más rápido que su par, logró remachar el tanto y hacer el 0-2.

Pese a lo que cabría pensar, el Marino, puro corazón, no solo no se vino abajo, sino que volvió a cargar contra la portería de Adrián Torre. Así, sólo cinco minutos después, en el minuto 66, Pelayo Morilla remataba en el primer palo un córner botado por Guaya y hacía el 1-2, para delirio de un Miramar que creía en el empate.

También los jugadores, que seguían buscando el gol por todos los medios, especialmente la altura del delantero senegalés Saha. A punto estuvo de hacerlo Álex Arias en un balón a la espalda de los centrales langreanos que no fue capaz de cazar, y Lora, con un disparo cruzado que atajó el portero visitante.

A falta de que jueguen el resto de equipos de la zona baja, este resultado mantiene al Marino en los puestos de promoción de descenso a Tercera División. Por su parte, el Langreo se dispara en la clasificación hasta el noveno puesto. Los de Dani Mori se fueron ayer a dormir con seis puntos de ventaja sobre la zona de descenso, marcada por el Celta B.