Aunque interiormente seguro que había alegría en Natxo Lezkano por un debut inmejorable, el rostro del nuevo entrenador del Liberbank Oviedo no mostraba más que la satisfacción del deber cumplido. "Estoy contento porque los jugadores necesitaban un partido así, y la afición también la necesitaba", apuntó tras el partido el técnico vizcaíno, un dechado de elegancia: "Esta victoria también es un poco de Javi (Rodríguez, el entrenador destituido esta semana), yo llevo aquí dos días, tres sesiones de entrenamiento, y lógicamente no he podido cambiar cincuenta mil cosas".

Lezkano reconoció la dificultad que había tenido el partido, no solamente por el nivel del rival "muy duro y muy físico", sino por los defectos propios. "Enseguida empezamos a pecar en pérdidas de balón y en no parar el contraataque, pero sobre todo los rebotes ofensivos nos han hecho un daño terrible, ha sido sangrante", dijo el entrenador local, que aplaudió la reacción de los suyos en un momento tan delicado: "Cuando no esperas estar en descenso estás frustrado, y eso se ha notado en algunas fases del partido, pero los jugadores han estado muy bien, y algunas cosas que hemos preparado en tan poco tiempo han salido sorprendentemente bien".

Por su parte, el entrenador del Leyma Coruña, Sergio García, se marchó defraudado por la falta de combatividad de los suyos en la recta final: "Sabíamos que iban a tener una reacción anímica, pero al final nos hemos desmontado. Eso es lo peor, venirnos abajo pese a que la diferencia en el marcador no era tanta".