El choque de Primera regional entre el Pumarín y el Luarca tuvo que ser suspendido a falta de 10 minutos del final por una pelea en la que participaron jugadores de los dos equipos. El colegiado exigió la presencia de la policía, pero tras la llegada de los agentes decidió suspender el encuentro.

La situación se dio tras una discusión previa en la grada. Una aficionada local, según la versión del Luarca, que llevaba profiriendo insultos al colegiado y a los futbolistas visitantes escupió a un aficionado del Luarca, padre de dos de los futbolistas, después de que este se encarara con ella. El seguidor visitante le habría dado un empujón tras el escupitajo. La versión de la afectada difiere en este punto. En conversación con este periódico explicó que no había existido el escupitajo y que el aficionado rival le había cogido del cuello. Un hecho que no denunció después a la policía. La tensión se trasladó al campo, cuando un jugador del Luarca se encaró con el banquillo del Pumarín y empezó una tangana con agresiones.

El árbitro, el gijonés Iglesias Alcantarilla, expulsó a un futbolista local y dos visitantes, estos dos hermanos e hijos del aficionado que supuestamente recibió un escupitajo. El colegido explicó en el acta los motivos de las tres rojas con el mismo argumento: "Con el partido detenido y tras las discusiones por parte del equipo local con la grada y la formación del consiguiente tumulto, el jugador en cuestión agrede físicamente a varios jugadores visitantes mediante el empleo de puñetazos y patadas, provocando un conflicto mayor". También le atribuye una roja al delegado del Pumarín porque "se encaró con la grada, a voz en grito, provocando el posterior conflicto entre jugadores y cuerpo técnico tanto local como visitante".

El colegiado explica así la suspensión: "El partido se detuvo debido a un enfrentamiento entre los espectadores en la grada que, según nos comunican al término del encuentro ambos delegados, se produce entre los aficionados de ambos clubes. A continuación, distintos jugadores suplentes y miembros del cuerpo técnico del club local, entre los que identificamos al delegado local, se dirigieron de forma amenazante a la grada. Debido a este motivo, varios jugadores del equipo visitante se dirigieron a la zona del banquillo local, iniciándose un tumulto entre los jugadores y cuerpo técnico de ambos clubes". El acta señala que se producen "distintas agresiones físicas", en las que solo logra identificar a tres futbolistas. Tras el parón, no se reanuda el choque. "Tras analizar la situación con mis asistentes, tomamos la decisión de suspender definitivamente el partido, ante la actitud conflictiva de jugadores y cuerpo técnico de ambos equipos y la imposibilidad de continuar el partido en condiciones de normalidad", explica el acta.