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El Avilés sale de los puestos de descenso tras ochenta y ocho días de sufrimiento

"Es un pequeño alivio y una alegría no verte metido en el pozo, pero no nos podemos relajar mucho", explica el jugador Enrique Castaño

Natalio se escapa en velocidad de un jugador del Praviano. R.SOLÍS

El 11 de diciembre de 2019, el Real Avilés cayó a puestos de descenso tras su derrota ante L'Entregu (1-0), pero el domingo logró sacar la cabeza del pozo 88 días después -casi tres meses-. Entre tanto, se ha celebrado el año nuevo, se ha producido la ejecución del Brexit y ha llegado la crisis del coronavirus. Ahora, por fin, el equipo blanquiazul ve por primera vez la luz al final del túnel, aunque el camino aún no ha finalizado. "Es un pequeño alivio y una alegría no verte metido en el pozo, pero no nos podemos relajar mucho, somos conscientes de que no hemos conseguido nada, solo es el primer paso", detalló ayer el blanquiazul Enrique Castaño.

El canario sumó su segundo gol de la temporada y con ello, el Avilés consumó su segunda victoria. Sus tantos son sinónimo de éxito para el conjunto de Matías Vigil, que se encuentra en su mejor momento de la temporada al acumular cinco jornadas seguidas sumando. Una circunstancia al alcance solo de otros cuatro equipos en este tramo de la competición: Lealtad, Llanera, Covadonga y Gijón Industrial. "De nada vale todo este trabajo que hemos hecho estas semanas si a partir de ahora no hacemos las cosas como debemos, si una jornada cumples y a la siguiente no, te vuelves a meter abajo", detalla el centrocampista.

Castaño es uno de los supervivientes del Avilés conformado en el inicio de temporada por lo que sabe a la perfección del "sufrimiento" que ha atravesado la entidad. Están de dulce, sumando nueve puntos de los últimos quince que se han puesto en juego. Y, a pesar de ello, lamentan que no hayan sido alguno más. "En muchos partidos hemos merecido mejores resultados como contra el Ceares o el Navarro, en el que nos fuimos con buenas sensaciones", argumenta. Pero en ambos casos, no pudieron superar el empate, al igual que sucedió frente al Lenense.

Sí llegaron las victorias, en cambio, ante el San Martín y la reciente frente al Praviano, pero ambas como visitantes. En ese aspecto, el Avilés suma catorce puntos como foráneo y once como local -una sola victoria-. La intención de los blanquiazules es la de poner fin al síndrome del Suárez Puerta. "Es un dato muy curioso porque los equipos, por lo general, se hacen fuertes en casa y a nosotros nos cuesta ganar, esperemos que este fin de semana nos quitemos el mal fario", suplica Enrique Castaño. Frente al Urraca, el conjunto avilesino tendrá una nueva oportunidad de cambiar esa tónica que perdura desde la undécima jornada. Tras salir del descenso, son los nuevos deberes que se pone el equipo de Matías Vigil, que no podrá contar con Félix para el duelo marcado el domingo a las 17.00 horas.

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