María Antonia Rivero, de 62 años y nacida en Ribadesella, es la aficionada del Pumarín que, según la versión del Luarca y que ella niega tajantemente, inició la tangana desde la grada durante el partido ante el Luarca, que acabó con una gran pelea a puñetazos entre los jugadores, con cuatro expulsados. "Es todo mentira. Llamé gilipollas al árbitro y le dije que se le estaban subiendo a las barbas. Un aficionado del Luarca que tenía debajo me pidió explicaciones y me insultó, yo le contesté con lo mismo y se me levantó como el tigre de Malasia y me cogió del cuello. Podría denunciarle, pero tampoco me siento agredida, porque solo fue un momento", indica la aficionada, a la que algunos asistentes acusaron de escupir al aficionado. "¿Yo escupir? Yo no hago eso, es una cosa asquerosa y humillante. Si un señor me viene a pegar y tengo que darle una patada en la entrepierna se la doy. Y santas pascuas", dice la aficionada, que habló tras el incidente con el presidente del Luarca.
