El fútbol base asturiano vivió está tarde un insólito episodio debido a la crisis del coronavirus: la celebración de un partido de segunda prebenjamín (5-7 años) entre el Berrón y el Alcazar, a puerta cerrada.

El partido se celebró sin problemas, pero la Policía Local de Siero tuvo que acudir en el principio del encuentro, debido a que algunos padres accedieron al polideportivo municipal. El encuentro, que había sido aplazado hace semanas, se celebró por la tarde en el Polideportivo del Berrón debido a que la suspensión de todos los partidos durante los próximos catorce días, anunciada por la Federación Asturiana ayer, afectaba a encuentros a partir de las 00.00 de hoy. Al estar el partido en tierra de nadie, el partido se jugó, pero a puerta cerrada a instancias del Patronato Municipal de Siero y (que gestiona el polideportivo) y ya por la mañana anunció distintas medidas por el Coronavirus. La Federación también vio bien esa medida.

Al partido, que acabó en un 3-7 para el Alcazar, acudieron padres de jugadores de los dos equipos. Y, mientras alrededor de una decena de padres siguió el partido desde una cristalera en los exteriores del polideportivo, otros decidieron entrar al recinto para seguir el partido más de cerca, aunque también desde otra cristalera y no en la grada.

Los responsables del polideportivo advirtieron a los padres que debían salir del recinto y, ante la negativa inicial de estos, decidieron llamar a la Policía Local, que se personó en el polideportivo. Los padres que entraron en el recinto, según el Berrón, eran familiares de jugadores del Alcazar y se quejaban de que otras personas ajenas al partido sí estuvieran dentro del recinto. Al final acabaron saliendo del polideportivo y el asunto no pasó a mayores, aunque una pareja de Policías estuvo hasta el final del partido. El partido se desarrolló sin problemas y los jugadores no se enteraron de nada.