El Oviedo y el Sporting intentan trabajar en medio de la crisis por el coronavirus, pendientes de noticias sobre los partidos (teóricamente las dos siguientes jornadas se jugarán a puerta cerrada) y con las rutinas alteradas por las medidas preventivas que afectan a todo el país.
Dos jugadores de ambos equipos valoraron ayer el panorama. En el bando azul Luismi puso el foco sobre el partido y Nacho Méndez, del Sporting, llamó a seguir los consejos de los médicos. El Oviedo comenzó ayer la jornada por la tarde, en un entrenamiento programado para las 16.30 horas. A diferencia de lo que sucede en Mareo, El Requexón abrió sus puertas para los medios de comunicación (solo quince minutos por disputarse a puerta cerrada). A partir de las 16.00 horas los jugadores fueron llegando en sus respectivos vehículos a la ciudad deportiva del Oviedo. Como cualquier día normal, también estuvo el director deportivo, Francesc Arnau. La crisis por el coronavirus era lo más repetido en El Requexón, tanto por los empleados del club como por los jugadores, pendientes también de la reunión que hoy tendrá lugar entre diferentes estamentos para dilucidar que sucederá con las dos próximas jornadas. El 29 de marzo es el derbi, sobre el que ya hay serias dudas.
El centrocampista del Oviedo Luismi fue el encargado en atender a los medios tras recibir el premio a mejor jugador de febrero (debido a las medidas nadie de la marca asociada le entregó el trofeo). El Oviedo ha sido uno de los equipos que ha solicitado el aplazamiento de las jornadas, aunque en el vestuario están centrados en el fútbol y, por lo dicho por Luismi, esperan que se juegue. "Intentamos no darle importancia, lo más importante es el partido. Tenemos que ganas de sumar los tres puntos el sábado", dijo Luismi, que aseguro que cuentan con jugar, "por supuesto, estamos preparando la semana con normalidad", dijo. Jugar a puerta cerrada sería algo nuevo para Luismi, que comentó la importancia del factor ambiental: "Para nosotros la afición es muy importante, lleva todo el año con nosotros en una situación complicada. Ahora que sumamos con tres puntos pues más. Si no puede ser, hay que ir a por los tres puntos igualmente".
En Gijón el panorama fue diferente. A primera hora de la mañana, el portón de entrada a Mareo solo dejaba abierta una rendija, y en la misma un responsable de seguridad permitía solo el acceso al recinto a los jugadores, técnicos y trabajadores del club. Mareo se blindó, sin público, ni jugadores de las categorías inferiores, que como medida preventiva estarán sin entrenarse en Mareo durante los próximos días. Solo el primer y segundo equipo trabajaron ayer por la mañana. El primer equipo rojiblanco en el campo número 5, sin los lesionados Marc Valiente y Bogdan, y con la presencia del canterano Gragera a las órdenes de Djukic.
"Tenemos que aislarnos del tema, aunque sea complicado. Lo prioritario es la salud de todos, de nosotros los jugadores, aficionados o los que están en el campo. Eso es lo importante, más allá de la competición", relató ayer Nacho Méndez, en declaraciones a los medios oficiales de comunicación del club, ya que no se celebró la rueda de prensa habitual tras los entrenamientos. "Somos consciente de lo que pasa, es un problema que nos influye a todos. Seguimos los consejos de los médicos, que están muy encima nuestro, para tener cuidado con todo", añadió el centrocampista del Sporting.
El jugador luanquín se refirió a la circunstancia de tener que jugar, si nada cambia, a puerta cerrada. "No es una situación que queramos ninguno. El Deportivo está en un momento complicado, que se la juega delante de su público. Ni para nosotros, que jugar sin ambiente tampoco es bonito", resaltó.
