Alemania supera los siete mil infectados por coronavirus. El fútbol no es ajeno a ello. A Jorge Meré, exjugador del Sporting ahora en las filas del Colonia, le ha tocado de cerca. Jannes Horn, excompañero la pasada campaña y actual futbolista del Hannover, es uno de los afectados. "He hablado con él por teléfono, está bien", explica el asturiano en conversación con LA NUEVA ESPAÑA desde su domicilio en esta metrópoli a orillas del Rin. Entre el millón de habitantes de Colonia hay una terraza que pertenece al domicilio de Meré. El que había sido lugar de descanso es ahora escenario habitual de sus entrenamientos.
"Aquí la gente es muy disciplinada y sigue a rajatabla las recomendaciones del gobierno. El pasado fin de semana todavía se podían ver los restaurantes abiertos, llenos de gente. Ahora ya han empezado a endurecer las medidas. Cada vez hay menos personas por la calle. Mañana (por hoy) creo que ya sólo se van a ver abiertos supermercados y farmacias", explica Jorge Meré sobre cómo se ha ido adaptando la sociedad germana a convivir con la amenaza del coronavirus. Él, consciente de cómo se estaban desarrollando los acontecimientos en España y también aconsejado por su propio club, ha sido previsor.
"El pasado viernes nos entrenamos por última vez porque todavía no estaba claro si se disputaría, al día siguiente, nuestra jornada de Liga. A partir de ahí, el Colonia nos trasladó recomendaciones como la de mantenernos todos en nuestros domicilios en Alemania, salir de casa sólo para lo indispensable y un plan de entrenamiento. Llevo en casa desde entonces. Estaremos parados, al menos, hasta el día 27. Los minutos parecen horas. Nosotros somos futbolistas y queremos jugar al fútbol, pero está claro que lo primero, ahora, es la salud de todos. Salgo sólo para hacer la compra o dar una vuelta a la manzana cuando toca sacar a nuestro perro, Coco", detalla sobre la mascota que comparte con su pareja, la también asturiana Marta Farpón.
En las calles alemanas hay otro debate que envuelve, de manera muy directa, fútbol y coronavirus. Dietmar Hopp es el presidente del Hoffenheim, equipo de la Primera División, y también dueño de la empresa CureVac, una de las que más está avanzando en encontrar una vacuna que pueda parar la expansión de la pandemia. Hopp divide a los amantes de este deporte en el país germano. Los más tradicionalistas le acusan de adulterar la competición al haber utilizado su poderío económico para convertir un club modesto en un habitual en las competiciones europeas, sorteando la normativa de que los equipos de fútbol deben tener a sus aficionados al frente de al menos el 51% de la propiedad de la entidad. Otros ven en él el mecenas del equipo de su pueblo y ahora, al hombre capaz de poner fin al problema del coronavirus.
"Hay mucho debate en torno a su figura. Hay que respetar todas las opiniones. Lo que tengo claro es que si Hopp consigue una vacuna para detener esta enfermedad no sólo unirá a toda Alemania, si no que unirá al mundo", afirma Jorge Meré, que esta temporada ya se ha enfrentado al conjunto que dirige el magnate alemán. La incertidumbre también gira sobre la fecha en la que, finalmente, podrá retomarse la vida normal y también el fútbol. "Lo mejor es que se pueda terminar la competición. Creo que la medida de retrasar la Eurocopa un año ha sido la acertada", apunta el exrojiblanco, a quien el parón le ha llegado cuando volvía a tener minutos y protagonismo en un Colonia que ha ido a más en la segunda vuelta.
"En lo personal da un poco de rabia, porque el equipo estaba a un gran nivel y había conseguido volver a entrar en los planes del entrenador, pero soy consciente que ahora todo lo individual y el fútbol tiene un papel secundario", comenta Meré, quien pese a jugar de central hizo uno de los goles en la victoria ante el Paderborn (1-2) hace poco más de una semana. "Ahora he comprado una cinta para correr y el club nos ha facilitado pesas y otros materiales para mantener la forma, Sin embargo, se echa mucho de menos ver correr el balón", concluye el asturiano.
